domingo, 27 de octubre de 2013

Revolution 2x05: "One Riot, One Ranger". De los vínculos, y después...

Revolution es una serie de acción, qué duda cabe. Si es ciencia ficción, si cae en lo fantástico, si entrecruza géneros, resulta secundario frente a la innegable verdad que, para muchos, uno de sus grandes ganchos son los tiros, las persecuciones, las peleas con arma blanca y demás. Es una de guerreros. Pero lo que a mí me fascina de este programa es que todos son guerreros con corazón. Lo más interesante, desde mi punto de vista, es el desarrollo de la trama vincular. Este episodio 5 dio bastante tela para cortar en ese sentido.
 


1) "Y el premio a la madre del año es para..."
...cualquiera, menos Rachel Matheson. Ojo, me gusta muchísimo cómo está encarado el personaje este año, le han dado una profundidad emocional que antes no se le percibía, y Liz Mitchell lo lleva excepcionalmente (tanto es así que la he votado en los People Choice Awards...) Con todo, su faceta maternal sigue mereciendo palos. Y claro, de tal madre, tal hija... El reencuentro de Charlie con su tío (¿tío...? se salva porque el apagón impide que le hagan la prueba del ADN, ese...) y, después, con Aaron, fue tierno, hermoso, lleno de sentimiento. Pero cuando la mamá y la nena se encontraron... nada, ché, no pasaron dos minutos hasta que comenzaron a discutir nuevamente.
Bueno, sí, yo también me cabrearía si mi Lula le diera ese abrazote al tío Eduardo y a mí, lola...

Ese vínculo es interesantísimo, uno de los mejor trabajados de la serie, desde el punto de vista argumental, y justamente el que me hizo quedar pegada al televisor cuando, de casualidad, encontré un capítulo de Revolution por primera vez. Y es lógico que esté signado por la tensión. No nos olvidemos las circunstancias en que ambas se separaron cuando Charlie era pequeña. Rachel ha intentado más de una vez reposicionarse en su papel materno, pero ha sido su propia hija quien le ha demarcado los límites. ¿Con o sin razón? Creo que hay argumentos a favor de ambas posturas. Ya dije una vez, no se puede pretender entrar y salir de la vida de un hijo permanentemente, y que todo siga igual. Pero Charlie... ay, chica, podrías darle algo de crédito a tu madre... ¿sería factible que, de vez en cuando, te pusieras en su lugar y te dieras cuenta de todo lo que ella ha sufrido, también? Sí, lo sé, los hijos podemos ser muy pero muy exigentes, y tenemos una memoria de elefantes...

Y sí, lo cierto es que, de tal palo... tal chichón.

Lo que no quita que Rachel, tratando a la niña de estúpida al momento de reencontrarla, haya hecho justamente lo menos indicado para recuperar una relación por demás golpeada y maltratada.
Esas son las cosas que me hacen verosímil esta historia.

2) Padre Coraje.

Tom Neville me fascina. Es un villano de novela, pero todo lo que hace no es por un ideal, o por la República de Monroe, o porque se cargaron su ciudad, ni siquiera por plata. No, el hombre hace las cosas porque se metieron con su familia. Y esto lo vimos desde la primera temporada, cuando los flashbacks nos mostraron cómo un tipo correcto, medido, que bien podía compararse con Ned Flanders, se vuelve una fiera si ve que amenazan la seguridad de sus seres queridos. Ahora su móvil es vengar la muerte de su esposa. Pero, de paso, está la ambivalente relación con su hijo (a propósito, nos enteramos de dónde estaba Jason, no era una cuestión de vacaciones, era funcionalidad de la trama...). Él es capaz de entregarlo si le encuentra una utilidad estratégica mas, así como permite que le "pasen cosas", puede modificar su agenda con tal de rescatarlo. Sí, Neville es un hombre de familia.

3) ¡Aaron es la versión post-apocalíptica de Hulk!
Otro personaje movido y conmovido por sus afectos es Aaron Pittman. Ahora sabemos que sus "superpoderes" no son tan nuevos, que ya había tenido que ver con la incineración de indeseables en el pasado cercano, y que esas capacidades se vinculan con sus estados emocionales, especialmente con la ira. "Cuidado, no hagan enojar a Aaron" parece ser el mensaje.
Pero es conmocionante ver cómo él mismo se desespera ante la imposibilidad de controlar esas cualidades. Y es que nuestro gordo querido es, de todos los guerreros de Revolution, el único que preferiría pelear solamente con las armas del pensamiento... racional, no andar quemando gente por ahí. Para él estos poderes son sumamente amargos. Aaron no tiene (¡gracias al Cielo!) pasta de asesino. Y resulta muy refrescante.


4) "Las cosas que hago por amor" reloaded.

Parece que no es sólo Jaime Lannister el que se mueve impulsado por los sentimientos. Sebastian Monroe viene diciendo desde la temporada pasada que todo, absolutamente todo lo que ha hecho con la Milicia y después, ha sido por su amistad con Miles. Y ahora, luego de cuatro capítulos de conmiseración y náusea autocompasiva, ha vuelto a aparecer su costado psicopático y desequilibrado más fascinante. Todo sea por "salvarle las papas" a su amigo... aunque Bass tiene un concepto bastante raro de las cosas que uno debería hacer por amistad... y una visión un tanto distorsionada de lo que su amigo quiere (aunque, claramente, eso tiene que ser porque se ha perdido la "evolución" que viene haciendo el personaje de Billy Burke).
 Ah... ¡y cómo ha disfrutado el Team Miloe con este reencuentro! Basta darse una vuelta por Tumblr para ver que la fantasía de una relación homoerótica entre estos dos monumentos a la testosterona ha reverdecido. Aunque, si me permiten un cometario rayano en la grosería, opino que el Miloe, lejos de ser cosa de homosexuales, es producto de la imaginación calenturienta de unas cuántas que se derriten soñándose liadas en un trío con esos dos. En fin, yo las comprendo, aunque ya saben, en mi caso me quedaría nomás con el morocho.
 Los guionistas se la están pasando en grande, no me cabe duda... lo extraño es que yo pueda hacer un comentario relativamente racional a la vista de cómo está de desprendida esa camisa...


Como sea, los guionistas han aprovechado al máximo la veta, con una serie de diálogos y situaciones que, fácilmente, permiten el desliz al equívoco. Y es que, Miloe o no, lo cierto es que David Lyons y Billy Burke, en pantalla, desarrollan una química absolutamente increíble. Es un auténtico goce estético verlos juntos y en acción... aunque sea "pasando en limpio" una partida de patriotas.
Con lo cual, ahora sí, desbarrancamos definitivamente en la ZOOOONA FANGIRL!!!!

5) Objetos de uso cotidiano: el pulmotor.
Cada jueves necesito un pulmotor. Es el día que miro el capítulo semanal de esta serie. Y todas las semanas me pregunto lo mismo: qué moños comerá don Billy para estar cada vez más fuerte.
En el capítulo anterior eran las frases cursis y dulces. En este... fue la sonrisa. Vean a qué me refiero:


Tengo testigos, casi me desmayo en ese preciso momento.
No, es cierto, no fue solo la sonrisa. Fue la actitud. Lo que me pierde, literalmente, de este personaje es la actitud, la manera en que encara las situaciones. Su capacidad de liderazgo innata me ha resultado absolutamente seductora, así como el hecho que pierda los estribos cuando las cosas amenazan con írsele de las manos. Como dicen los tags del tumblr: "OMG, sexy bastard!"

Por mi salud mental, que alguien le abroche un botoncito... no, mejor se los desprendemos todos...

Terminamos el capítulo con una nueva guerra en ciernes, con dos amigos-enemigos que se verán obligados a pulir su vínculo, con un padre dispuesto a ir al rescate de su prole y con un bando patriota que da señales de estar dividiéndose contra sí mismo. En fin, parece que, ahora que "la familia está reunida", las cosas se van a complicar. Ojalá valga la pena verlo.

ÚLTIMO MOMENTO!!!!!!!!! Esta entrada ha venido retrasada por la "veda electoral" (fui a votar antes de publicarla... deber cívico, que le dicen...) y en el interin pude enterarme que TENEMOS REVOLUTION 2 EN CABLE A PARTIR DEL MARTES 5!!!!!! En Argentina, se emitirá por Cinemax, los martes a las 22:00. Averigüen, debe estar comenzando más o menos para la misma fecha en toda Latinoamérica... Yuuuupiiiii!!! Dichosos los ojos que te ven... ;)

sábado, 19 de octubre de 2013

Revolution 2x04, "Patriot Games": Las cosas que (no) harías por la Patria...

El episodio pasado de Revolution ha terminado de dejar en claro que los llamados "Patriotas" hacen gala de un marcado sadismo en sus métodos de lucha, por no decir que sus objetivos finales distan de inspirar confianza. Nadie sabe todavía, a ciencia cierta, qué pretenden exactamente, más allá de la toma del poder y el control del territorio. Pero tampoco quedan dudas: son más salvajes de lo que fuera Monroe. Y, hablando de Bass... vamos directo al tema.

1) "Soy Bass Monroe, estoy aquí para rescatarte"
No se me enojen por la paráfrasis de Luke Skywalker, ya sé que parece hasta herético, pero en fin: la entrada triunfal del General Monroe en el bar donde una patota de inadaptados pretendía atacar a Charlie fue digna de mi aplauso. Otro más que camina derechito, diría una amiga. ¡Qué pelea! David Lyons en plan caballero heroico llenó la pantalla de esta primera escena, para desmayo de más de una que conozco (y a quién no le gustaría que, en semejante mal momento, apareciera alguien como Bass para darle una mano, vamos, seamos sinceros...).

Ay, ha llegado el héroe salvador, jejeje!


Igualmente, coincido con quienes opinan que hemos visto poco Monroe en lo que va de esta temporada. Su personaje es una maravilla, merece más metraje, eso seguro. Y también merece un poco de respeto, porque por más devastado que esté, sigue siendo un líder orgulloso y seguro. En eso tiene razón Charlie, cuando no le cree la "pose" de hombre comido por los remordimientos. No, hija mía, yo tampoco se la creo...

Al encuentro de los Matheson... ¿qué será lo que pasa por la blonda cabeza de Monroe?

2) Las luciérnagas del Sr. Pittman
Si definimos superhéroe como aquel que es capaz de realizar actos de heroísmo y arrojo, con el agregado de contar con poderes extraordinarios, que superan nuestra comprensión, Aaron Pittman está calificando para la categoría. Con su barba, con su miopía, con su barriga prominente, nuestro querido gordi ya ha dado pruebas más que seguras de su valor, cualidad que él mismo niega cuando le preguntan, pero que queda atestiguada por sus acciones.

Ahora le sumamos el hecho que, aún no sabemos la causa, las extrañas luciérnagas parecen actuar para él. Ya sospechábamos que estos misteriosos insectos (¿Serán insectos? ¿Serán la forma que encontraron las nanomáquinas para manifestarse en el ambiente?) habían tenido algo que ver con su vuelta a la vida. Ahora, parece, también actúan como sus "ojos", permitiéndole, trance mediante, observar lo que ocurre en otros sitios e, inclusive, convocar fuerzas incomprensibles que permiten a Aaron defender, a larga distancia, a sus seres queridos. Ya, no creo que Aaron haya querido cargarse a los soldados que amenazaban a Miles, pero sí habrá querido ayudar a su amigo... y el resto corre por cuenta de las luciérnagas que, evidentemente, son como mi subconsciente: tienen agenda propia.

3) Será pasatista, pero tiene un par de actores que están para ganarse un premio...
Me refiero específicamente a Giancarlo Esposito (Tom Neville), y a Stephen Collins (Gene Porter, el papá de Rachel).
De Esposito, es poco lo que me queda por decir: en este episodio, como de costumbre, ha colmado mis expectativas. Qué bien le queda el papel de villano, o de retorcido, si vamos a caso. Esas expresiones faciales lo dicen todo, revelan al televidente cómo esa mente va maquinando subterfugio tras subterfugio para salirse con la suya. Su sonrisa malvada es un detalle glorioso.

Apa la papa, Neville! Mirá adondé te han llevado tus obsesiones...

Pero, en este capítulo, el que se llevó las palmas fue Collins. ¡Me hizo llorar, el muy desgraciado! Sí, ya sabemos que tengo la lágrima fácil para estas cosas, pero la actuación de este maestro fue maravillosa. Supo plasmar a la perfección la angustia de un padre preocupado por la salud, física y mental, de su hija. La magia de la pantalla es hacernos entrar en la ficción, suspender por un rato las barreras de lo real y aceptar que, de cierta manera, eso que nos están contado sucede, en algún plano alterno, pero sucede. Y el trabajo realizado por este gran actor fue impecable en ese sentido. Es otra de las razones que hacen de esta serie algo más que chicle mental.

4) Mi frase favorita del capítulo:
"Bueno, esto es una ocupación... y toda buena ocupación se merece una buena resistencia" Miles dixit.
 
Ay, mi madre... esos pelos...

Y yo me acordé inmediatamente de la Resistencia francesa durante la segunda guerra mundial, lo cual me remitió a Los Mandarines, de Simone de Beauvoir, y quien piensa en Simone piensa en Sartre, y si de por medio están Los Mandarines, uno se acuerda también de Albert Camus. Es decir, morocho, sos una fuente de cultura para tu fangirl.

5) Unas cuántas preguntas de bestia...
De vez en cuando me asaltan ciertas dudas con respecto de este programa... y el capítulo 4 me generó más de una. Veamos:
a) Las dichosas luciérnagas, para empezar. ¿Reconocen de alguna manera, en Aaron, a un "creador"? Suponiendo que sean una suerte de materialización de las nanomáquinas, ¿tendrán una especie de "conciencia" que les permita apreciar que Aaron las "comprende", ya que él, como programador, diseñó sin saberlo el "lenguaje" que ellas emplean? Uff, demasiadas comillas en una sola incógnita.
b) ¿Cómo funcionaba el tocadiscos que había en el prostíbulo al cual iba a drogarse el patriota acorralado por Neville? ¿No era que las nanomáquinas absorbían la electricidad ni bien esta se producía? ¿O será que el regente del puticlub en cuestión posee uno de aquellos famosos colgantes?
c) Volviendo a nuestro querido gordo, ¿qué pretenden hacer con él los guionistas? ¿Será que le van a hacer perder la cordura sin razón? Ni lo sueñen...
d) ¿Dónde mandaron a Jason Neville? ¿Tendrá que ver con la trama? ¿O J.D. Pardo se habrá tomado unas vacaciones? ¿Le darán un poco más de vuelo al personaje, o dejarán que siga nomás con su "cara de chico de banda", como dijo el tío Miles en su momento? Y ya que estamos... ¿qué nombre se ocultará tras la sigla J.D.? En mi delirio del otro día, se me ocurrió que a lo mejor es hijo de padres argentinos peronistas, exiliados en la época del Proceso Militar, y que el chico se llama Juan Domingo... sí, es demasiado delirio, ya lo sé.
e) ¿Qué se trae Monroe con su amigo Miles? ¿Los guionistas están dando pabilo a propósito al Miloe?
f) ¿Qué relación existe entre los caracteres árabes y los símbolos de la masonería, que emplean los patriotas en su correspondencia? ¿Será a propósito o... nos quieren hacer comprar un buzón?
g) ¿Por qué Charlie parece tener, permanentemente, la necesidad imperiosa de irritar a su interlocutor, con o sin motivos? Me simpatiza mucho la nena, pero esta temporada la están haciendo pasarse de insufrible, en algunos momentos...
h) ¿Por qué, por qué, POR QUÉEEEEE cortaron a último momento la escena del beso entre Rachel y Miles que tenía que ir en este capítulo? ¡Insensibles, nos quieren matar de la impaciencia! Yo ya me estaba quejando de la lentitud del morocho en su proceso de avanzar sobre la cuñada... y resulta que ha sido por cuestiones de metraje. ¡Qué metraje ni ocho cuartos! ¡Queremos un poco de amor!

Lo cual nos arroja de cabeza en la ZOOOOONA FANGIRL!!!! ALERTA!!!!

6) "Me gustaría poderte bañar...", decía el tema de Viejas Locas...
Mirar un capítulo de Revolution conmigo es peligroso: pueden entrarte ganas de ahorcarme. Es que, al lado de todas estas reflexiones más o menos serias que se me ocurren, corre el carril fangirl, que se desboca por completo cada vez que le hacen un plano corto a Billy Burke. O medio, o de lejos, no importa... la verdad es que aparece Miles y mi cerebro hace un ruidito raro, algo así como un "sob..." y, como decía Julio Cortázar en Libro de Manuel, se cruza automáticamente de vereda. Y puedo ser tremendamente insoportable.
Este capítulo fue una delicia. Sí, así lo digo, sin el menor pudor. Me derritieron todas y cada una de las frases cursis del general Matheson, eso de "así que ya te despertaste, princesa...", o "vas a descansar, mejorarte y mantenerte fuera de sus radares, en ese orden...". Me encanta cuando saca a relucir ese costado protector que es su marca de fábrica. Y sí, hasta la más independiente tiene ganas de que la cuiden, de vez en cuando.

Sí, me morí... tengo testigos que dan fe...

Recuerdo que en las dos primeras escenas lo veía raro... había algo que no me cerraba. Estaba precioso, sin dudas (bah, me repito una y otra vez que no es lindo, que tiene algo, pero que no se puede decir que sea un tipo lindo...), pero ¿qué tenía de particular? ¿Qué no cuadraba? Tardé cinco minutos en darme cuenta: lo que pasaba era que, después de verlo durante dos capítulos hecho una piltrafa roñosa, entre el cautiverio, la donación involuntaria de sangre y el conflicto con Andover en el pueblo... ¡ahora estaba limpio! ¡Claro, después de la "liberación" del pueblo por manos de los patriotas, lo había curado y había tenido tiempo de darse un baño! Ya sé, ya sé, la rara soy yo, qué remedio...

En fin... digamos, para terminar, que este capítulo nos ha dado un giro interesante, nos abre múltiples interrogantes y líneas de exploración... esperemos que sepan cómo llevar adelante tanto argumento.

domingo, 13 de octubre de 2013

Revolution 2x03: "Love Story", o algunas experiencias cercanas al horror.

Puede ser que el título de esta entrada peque de un cierto efectismo. Mas no por ello deja de ser cierto que, en el episodio pasado de Revolution, se barajaron algunas interpretaciones del amor que me dejaron al borde del espanto. Pasen y lean, el recuento semanal de impresiones, spoilers y... bue, lo de siempre.

1) Muchas maneras de entender el amor.
Finalmente nos enteramos quién era la moribunda que precisaba la transfusion: la esposa de Titus Andover. No voy a detenerme a describir el malestar hasta físico que me produjo la primera escena del capítulo, con mi indefenso general a punto de ser exprimido como una naranja. No, lo tremendo del caso pasaba por otro lado: el apego enfermizo que este "malo maloso" sentía por su mujer.
Pienso que este capítulo ha sido un muestrario de formas de entender el amor, y de las cosas que uno puede estar dispuesto a hacer por aquellos a quienes ama. Y sí, esto es Revolution, y aquí además de una cierta ciencia ficción blanda y mucha acción, hay un carnaval variopinto de vínculos.
El amor obsesivo, para empezar. Andover estaba claramente desequilibrado, y la manera de entender cuál era su deber para con su esposa, evidentemente, era sólo uno de los aspectos en que esto se notaba. Era el amor - obsesión, que no puede soportar la pérdida del objeto de su desvelo, y que cruza todas las barreras de la ética con tal de mantenerlo atado a sí. Porque, otra cosa evidente, la esposa quería quebrar ese vínculo aún desde antes de caer enferma (lo cual se deduce de sus diálogos con Rachel).

También vimos al amor desolado buscando venganza. Ton Neville representa justamente eso: es un hombre terminado por la muerte de su señora y, como él mismo lo ha aclarado, su objetivo de vida, el norte que lo mantiene en un rumbo, es lograr que los culpables de su pérdida lo paguen.

Rachel es, por momentos, el ejemplo de otra faceta en esta tipología: el amor que se arriesga, que se la juega. Me va gustando cada vez más. Todo lo que hizo para ir al rescate del cuñado me resultó sumamente conmovedor. Es un amor que no calcula, incluso peca de poco reflexivo, ya que antepone la necesidad de salvar al destinatario de su sentimiento como sea, incluso poniendo en riesgo la seguridad de los demás. Es para quedarse pensándolo...

Miles, por su parte, ha representado al amor que protege. Y que sobreprotege, también. Pero qué le vamos a pedir, ese ha sido su rol desde el principio. Si hay algo que lo define es el papel de cuidador. Hasta podríamos hilar finísimo y decir que, en ese afán de velar por los otros, sobre todo si los considera más débiles, estuvo el germen de la milicia (hagamos memoria del episodio 1x03...). Y, justamente, sus grandes dolores tienen que ver con los momentos en los cuales le ha fallado a aquellos que se había comprometido a defender.
Aflojate, rubia, mirá dónde estás...! *suspira*

Otro que ha sabido asumir el rol de protector es Aaron. Pero, en este caso, se complementa con otra faceta, la que encarna Cinthya. Ella lo dignifica, lo "pone frente al espejo" para que, de una buena vez, acepte que tiene mucho valor (tanto por valiente como por valioso). Nuestro querido gordo a encontrado una mujer que sabe hacer algo impagable por el hombre que tiene a su lado: enaltecerlo. Y, la verdad, es un detalle que me encanta.
Por cierto, ¿ya dije que amo a este par?

2) Cuando las piezas caen en el lugar correcto.
Desde un principio dije que Rachel no me cerraba. Que la veía fría, demasiado contenida, como si tuviera miedo de sentir. ¡Miedo de sentir! ¿Cómo no me había dado cuenta?
Durante lo que va de esta temporada, pienso que he comenzado a descorrer un velo. Nos han empezado a mostrar una Rachel vulnerable, empática, compasiva... como si lo sucedido en la torre hubiera liberado sus sentimientos. Vamos, no quiero decir que se haya vuelto cálida, pero poco a poco se me ha hecho más cercana.
Este último episodio, en ese sentido, ha sido una revelación para mí. Ahora comienzo a entederla mucho mejor. Sobre todo gracias a dos escenas. La primera, cuando le cuenta a Miles que la esposa de Andover se ha suicidado y él le pide que sonría, para disimular. Ella esboza una mueca. Él le reitera que sonría, y ella le contesta: "Esta soy yo sonriendo..." La segunda, que a mi modo de ver fue magistral, cuando Miles quiere que ella se ponga a salvo, porque no va a poder protegerla herido como está, y ella le contesta: "No necesito un mártir. Te necesito a tí. ¿No podemos protegernos el uno al otro?" Aseguro que toqué el cielo con las manos. Mi pensamiento fue: "Date por hecho, morocho, es lo más cercano a un  te quiero que vas a tener de esta mujer..." (La foto es del tumblr de eveningflares)


Rachel se me ha revelado como una persona de sentimientos profundísimos, auténticos, entrañables... pero que no sabe, o no puede, o no considera necesario exteriorizarlos. Ella es medida, pero no cabe duda de la intensidad con la cual siente. Finalmente los guionistas han encontrado la manera de hacerlo patente. Con un par de gestos, con algunos diálogos, con ciertas miradas que valieron por miles de palabras. Ya está, ya quedó claro... ella también muere por el cuñado.
El problema no estaba en su escasa demostratividad. En realidad, tengo experiencia con gente poco demostrativa desde lo físico-afectivo, pero siempre había una manera en que uno se enterara de sus sentimientos. El asunto con este personaje era que no había encontrado esa vía para con ella. Ahora sí la tengo, y por eso ya no me molesta si sigue siendo aparentemente desapegada, porque he hallado la manera de leer sus emociones. Ya no queda duda que, aunque no lo exteriorice, es profundamente emotiva. Por lo menos hay un aspecto del capítulo semanal con el cual me siento en paz. La pregunta es: ¿por qué no lo esclarecieron antes?

3) Los motivos de los patriotas, y otras yerbas por el estilo.
La propia Justine Allenford se ha encargado de darnos a conocer cuáles son los objetivos de estos autodenominados "patriotas" que, munidos de todos los símbolos caros al pueblo norteamericano, han entrado en escena con la nueva temporada. Quieren recuperar el poder que perdieran a manos de Monroe, la República de Seattle y todas las demás agrupaciones políticas que surgieron con posterioridad al apagón. Dicen que para restaurar lo que fueran los Estados Unidos de antaño, y eso permite a los desorientados supervivientes de las explosiones nucleares, suponer que implica todo el cúmulo de derechos y libertades que un americano promedio asociaría con sus sistema tradicional (así como todos los límites, explícitos e implicitos, que dicho orden de cosas conlleva).
Pues bien, nosotros, espectadores, sabemos que hay gato encerrado. Y no solamente por la malhadada cartita en árabe de la cual me quejaba en la entrada anterior. Un halo de opresión y "oscuridad" rodea todas las acciones de estos supuestos patriotas. Desde el principio: necesitaron reducir a cenizas radioactivas gran parte de la costa este de su propio país para poder iniciar sus planes. Y, de allí para adelante, los métodos a los que recurren suelen ser por demás macabros.
Fijémos, por ejemplo, en la manera en que fue utilizado Titus y sus secuaces. El enviado de Allenford se lo dice con toda claridad: "necesito que aterrorices a esta gente, no que la masacres". Terror, esa será su herramienta. Pero no para ser temidos, sino para presentarse después, como los héroes salvadores frente a la amenaza que mantenía a un pueblo en estado de miedo. Los patriotas orquestan los horrores para luego mostrarse como "los buenos muchachos": método bastante común para generar adhesiones. Crea tu propio mostruo, déjalo suelto un rato, cosa que lo vean y le teman, y luego destrúyelo, presentándote como el "hombre del momento". Uf, si lo sabrán ciertos políticos que conozco...

El final del capítulo fue precisamente de ese tenor. Nuestros protagonistas en situación crítica y, en el momento de mayor necesidad, los patriotas irrumpiendo en el pueblo para "salvar el día", cargándose uno tras otro a los agentes de Andover (y al mismo Andover, de paso). Miles, herido y preocupado porque Rachel ha perdido el conocimiento merced a un flechazo, no alcanza a comprender qué está pasando, hasta que un soldado en traje de fajina, haciéndose cargo de la mujer herida, intenta tranquilizarlo diciéndole que han llegado los hombres del presidente de los Estados Unidos a hacerse cargo de la situación. Miles se pone de pié, observando cómo en un mástil es izada la bandera de las barras y las estrellas. Y, otra vez, Billy Burke nos da muestras de su gran expresividad: vemos en su rostro el cúmulo de emociones que se agolpan dentro de un hombre que, tiempo atrás, fuera también él un soldado. Educado para respetar, amar y dar su vida por esa insignia que, por primera vez después de quince años como mínimo, observa flamear gallardamente en las alturas. Pero no es ese el sentir que lo gana, no. Porque Miles también sospecha que aquí está pasando algo raro, que esa bandera no es más que un señuelo para hacerle bajar la guardia, que las cosas no son como parecen. Y es ese desgarro interno lo que percibimos en sus ojos.

Bueno, como que queda obvio que la emocionada, en ese momento, fue la fangirl. (Alerta parcial). Es que la empatía con esa criatura me ganó por completo. Me hice cargo de los sentimientos encontrados que tendría. Vamos, que por estos pagos también tenemos la triste experiencia de ver cómo un grupo se apropia de los símbolos que son de todos para después, en su nombre, emprender la cacería de los que considera opositores. Que alguien se apropie de tu bandera, o del nombre de tu país, y que después lo use en contra de los que ha jurado defender, es terrible... y de eso, por mi pobre patria, sí que sabemos. Así que, salvando las distancias, no me costó nada ponerme en el lugar del morocho.

En fin, sé que pasaron muchas cosas más en este capítulo, pero no me generan demasiadas reflexiones dignas de ser compartidas... si alguien quiere comentarlas, me alegraría muchísimo. ¡Siéntanse libres de opinar y compartir!

domingo, 6 de octubre de 2013

Revolution 2x02, "There will be blood": pidiéndole peras al olmo...

Y sí, claramente, mi mentalidad de centro - izquierda persevera en su creencia en los Reyes Magos. Optimista como siempre, esperaba encontrarme con una ficción futurista en la cual se continuara con la buena escuela iniciada la temporada anterior, cuando nos mostraron sin ápice de duda que el peor enemigo del ciudadano norteamericano promedio.. es otro norteamericano promedio. Ahora, habiendo visto el segundo episodio de esta segunda temporada de Revolution, cruzo los dedos para que sigamos por esa senda... aunque comienzo a avisorar indicios que me hacen sospechar que, probablemente, no sea así.

Y se preguntarán cuál es el motivo de tanta diatriba. Pero seguramente ya lo habrán adivinado: la cartita recibida por la emisaria del Señor Presidente... Misiva ESCRITA CON CARACTERES ÁRABES. Ustedes saben lo que eso significa: los supuestos patriotas americanos están en componendas con el "terrorismo internacional islámico". Si resulta que, en esta temporada, el gran enemigo de ficción va a ser el actual "cuco" con el cual se asusta a nuestros vecinos de bien al norte, para mí la serie va a ser una completa desilusión, y no creo que ni vaya a alcanzar mucha exposición del General Matheson en cueros para que se salve de mi crítica lapidaria. Lo que no significa que vaya a dejar de verla, salvo que alcance los niveles de patrioterismo repugnante de un Transformers... pero en fin, ya dije que mi mentalidad de centro - izquierda confía en la existencia de los sujetos mágicos, de modo que todavía tengo la esperanza que estos guionistas me sorprendan.

Como siempre: comentarios sueltos, muchos spoilers del capítulo y momento fangirl al final. Sigamos...

1) Soy peor que Rosario Chiarcchiaro...
¿Se acuerdan de Il Jettatore, la obra de teatro de Pirandello? (La obra se llama "La Patente", pero se la ubica más por el tema del Jettatore...) Pues bien, si el pobre Rosario le traía mala suerte a la gente, debe ser un antepasado de esta servidora. Bastó que declarara mi simpatía por el sheriff nativo, para que llegara a un ominoso final.
Los guionistas, a mi parecer, persisten en un error que vienen arrastrando desde tiempo atrás: liquidan con pasmosa facilidad personajes a los cuales podrían haberles dado mucha tela aún. Ya he dicho lo que pienso sobre la pronta eliminación de Maggie. Opino que con nuestro sheriff han vuelto a equivocarse. Y encima, antes de su final, intentaron convertirlo en un ser risible, con esa desventurada referencia al Walker Texas Ranger de Chuck Norris... Comenzamos mal...


2) Aaron & Cinthya: hay razones del corazón que la razón no entiende.
Como le pasa a muchas personas que acaban de sufrir una experiencia cercana a la muerte, nuestro querido gordo ha quedado traumatizado, y con razón. Le cuesta aceptar lo ocurrido, es analítico y por ende necesita comprender el por qué, desmenuzar los "milagros"... Evidentemente, no es lo que llamaríamos "un hombre de fe" y, en el fondo, se lo entiende. Porque él sabe que, detrás de todos esos aparentes casos sin sentido, está la mano del hombre. Sí, una mano que ha lanzado al espacio una piedra que ya no puede controlar. Y, me parece, eso es lo que enloquece a Aaron: se ha perdido el control. A todos los que nos pasamos de racionales nos ocurre eso, necesitamos tener las riendas siempre tomadas para sentirnos medianamente seguros.

¡Ánimo, gordo! Si sos el único personaje al que ama todo el mundo... te llegaban a matar, y les hacíamos un motín.

Pero Cinthya... ah, cómo me gusta ella (guarda, Guivi, no te encariñes demasiado, ya sabemos que sos il Jettatore, buuuuuh), está dispuesta a aceptar el regalo de la vida, sin cuestionamiento. Y no me parece una actitud poco sana, al contrario. A veces hay que preguntar menos y disfrutar más. Por otro lado, esa frase maestra que dijo: "Sí, yo creo. Y eso no me transforma en una lunática", me provocó ganas de ponerme de pié y aplaudirla. Sí, muchacha, yo también creo, creo en un montón de cosas. Y no por eso dejo de tener capacidad científica. Hay que saber cuál es la vía de conocimiento que conviene aplicar a cada cuestión.

Este dúo me puede... Aaron ¿es una especie de versión post - apagón de los profes de Historia?

3) Lo que se hereda...
...no se roba, reza el dicho. Pues parece que aquí eso se nota plenamente. Hay una línea de continuidad marcada entre Gene, Rachel y Charlie. Y esa línea se llama tozudez. Los tres son absolutos cabezas dura. Pero eso, en ciertos contextos, puede ser una virtud.
Gene es un personaje entrañable. Si bien por momentos parece el típico padre sobreprotector, finalmente llegamos a comprender que él conoce a su hija, y sabe cuándo conviene más seguirle la corriente, acompañarla, que ponerse obcecadamente en su contra.

De tal padre, tal hija...

Rachel podría aprender de su papá, para ponerlo en práctica la próxima vez que esté con su hija...

Y la nena... ja, sigue con la costumbre de decir lo que piensa sin anestesia, poniendo incómodos a sus interlocutores, sean perfectos desconocidos o el propio Sebastian Monroe. Aunque, en el caso de Bass, éste se lo tiene merecido de pé a pá. Charlie no le va a perdonar así como así todo el daño que le hizo a su familia, especialmente a su hermanito... se lo va a hacer pagar... aunque al final se conmisere de él. Porque ahí hay algo raro, a mí no me vengan con que no... ahora, qué es exactamente, todavía no lo determino.

Hecho percha y todo, no podemos negar que la sonrisa le queda hermosa.. reí más seguido, Bass!!!

Hablando de Monroe... he leído por ahí que algunos especulan con que este nuevo muchacho con el cual se ha cruzado Charlie, el que los tenía prisioneros, puede ser el hijo perdido del general. No me cierra mucho, no me cuadran las edades, pero todo puede ser en este universo paralelo de la revolución...

4) Neville, por siempre Neville...
Creo que la actuación de Giancarlo Espósito fue lo mejor del capítulo. Ese hombre maneja los cambios de expresión con una maestría singular. Su personaje va a dar que hablar largamente... y me congratulo al ver que no lo han edulcorado en nada, que sigue siendo el mismo cabrón hijo de su madre que vimos la temporada pasada, sólo que esta vez, parece, a favor de una mejor causa. Sangre fría a toda prueba, no le tiembla el pulso si tiene que cargarse a quien confía en él. Espósito es sólido, es creíble, es un capo en este papel... cada segundo de metraje que le es dedicado se transforma en una joya para el conjunto.


5) Varios motivos para enloquecer por un ex - marine (zona declaradamente fangirl).
La ya mentada ideología de centro - izquierda exige un sano rechazo del imperialismo yanqui. Dicho imperialismo se materializa, por lo menos en lo que a Latinoamérica concierne, en el tristemente célebre cuerpo de Marines, como mínimo desde tiempos de Sandino para acá. En el caso de quien escribe, se traduce en indignación cuando veo que alguno de mis alumnos, bastante ignorante de los hechos subyacentes, utiliza en su vestimenta alguna inscripción o dibujo alusivo a esa fuerza militar. Pero debo confesar que, de un tiempo a esta parte, antes de caer en el estado de indignación propio del caso, tengo mis buenos diez segundos durante los cuales la palabra "marine" me remite a una sola y única referencia... Sí, para qué lo vamos a negar, tengo mis momentos de estupidez diaria, gracias al "general" Matheson.
Todo el arco de Miles en este capítulo puede ser descripto como una "tiendita de horrores". Encerrado en una jaula, a merced de un psicópata peligroso que, además, tiene todo el perfil de un pervertido, torturado con un martillo y, al parecer, próximo candidato a donante involuntario de sangre para una misteriosa y demacrada joven. Vamos, que si no fuera Revolution, parecería que lo han metido en una película de vampiros cutre...

Hmmm... no me den ideas, que después ando soñando barbaridades...

Pues bien, así y todo, morí de amor. Varias veces. Y por razones obvias.
La primera: podría haberse salvado él solo. Pero no, lo gana la caballerosidad y, por volver a rescatar a una compañera de infortunios, pierde una posibilidad preciosa, delata su habilidad en combate y, por eso, se gana que le destrocen la mano de la espada, a modo de previsión (me dejan mancos a todos mis créditos... acá pasa algo raro...).
La segunda: está en innegable desventaja, a merced de un maníaco del que no se sabe qué esperar, lo han apaleado y de seguro no lo alimentaron como se debe y se encuentra mal dormido... pero el tipo no pierde su capacidad de sarcasmo. Me gusta ese espíritu que no se doblega.

Él es un tipo rudo, que lo sepan... pero qué bien le sienta el pelo más corto...

La tercera: luego de tooodo el cuento que le arma don Tytus acerca de lo que estaba haciendo la noche del apagón, en plan "fíjate cuán malvado soy, bien harías en tenerme miedo"... Miles solamente le contesta con una mueca y un "Qué asco..." Ese es mi chico...

6) Expectativas para la próxima.
Voy a terminar esta entrada con una serie de preguntas abiertas...
¿Quién será la muchachita de las transfusiones? ¿La hija de Tytus? ¿La hermana? ¿La amante? ¿Y cuál será la causa de su mal?
¿Qué pasará con Monroe y Charlie? ¿Habrá momento de entendimiento? ¿Ella intentará seguir moliéndolo a palos? ¿Él se enojará y se la devolverá? ¿O pintará romance?
¿Qué nuevas visiones va a tener Aaron?
¿Cuántos capítulos más le llevará a Neville transformarse en General del Ejército Patriota?
¿Veremos a Gene Porter en versión guerrero? ¿Cómo reaccionará cuando vea, en ese rubro, de qué cosas es capaz su blonda hija?

Ay, rubia, rubia... cuando te vi mover cielo y tierra para rescatar a tu cuñado, me ganaste el corazón, linda...

¿Faltará mucho para que Miles y Rachel blanqueen la situación? ¿O, por lo menos, para que "se vean arrebatados por las circunstancias"?

Preguntas, preguntas... pero la más trascendental es la siguiente: ¿seguirá siendo Revolution una serie sorprendente? ¿O caerá en el tópico del enemigo tradicional? En pocos días comenzaremos a saberlo...