domingo, 28 de abril de 2013

Dicen que madre hay una sola, aunque a veces…

No soy afecta al género de terror. Ni en el cine, ni en libros. Salvo algún que otro clásico, y por lo general relacionado con vampiros, el terror no es lo mío. Por lo tanto, a todos los que me conocen les resultaba por demás extraño que anduviera dando la lata con la película Mamá, dirigida por Andrés Muschietti, bajo el padrinazgo de Guillermo del Toro, palabra autorizada en estas lides.



Los que me conocen aún mejor, comenzaron a mirar el reparto.

Y sí, porque la única explicación lógica para tanta alharaca era que trabajara alguno de mis chongos fílmicos. Como dijo el amigo que me la consiguió (porque por hacer de enfermerita no pude ir a verla al cine…) había estado intrigado hasta que chusmeando los créditos vio que figuraba “Jaime Lannister”, digo Nikolaj Coster – Waldau.

(En el fondo, la culpa de todo la tiene este mismo amigo, que fue quien me regaló para mi último cumpleaños el primer tomo de Canción de Hielo y Fuego, desatando la pelota que vino después. Así que se la tenía que aguantar, conseguirme la película y, en un colmo de benevolencia, mirarla conmigo. A eso le llamo yo un amigo de fierro…)

Qué bien venimos, Guivi. Hace una semana, te fuiste al cine a ver una de Tom Cruise por los cinco roñosos minutos que tenía don Nicolás. Ahora te soportaste una de terror nada más que por verlo a él de protagonista… estamos gravísimas.

Pero, la verdad sea dicha, estoy gratamente sorprendida. Vale la pena mirar Mamá, incluso si no eres fanático del cine de terror. Incluso si no estás loca/o por don Nico. Está tan bien filmada, y tan sólidamente actuada (aunque el argumento, según algunos, tenga sus lagunitas y, según otros, sea bastante trillado…) que merece ser tenida en cuenta como una joyita. A lo mejor hay muchas otras pelis del género que abordan la temática, pero como habitualmente no las veo, esta me supo muy bien.

Brevísima sinopsis del argumento, porque quiero que la vean y no se las voy a quemar (o spoilear, como se dice ahora…)

Jeffrey, empresario en quiebra y desesperado, huye al bosque con sus dos pequeñas hijas, Victoria y Lilly. De su esposa nada se nos dice, pero se nos deja sospechar que acaba de asesinarla. En una aislada cabaña, en medio de su propia desolación, intenta medidas a tono con su desesperación… pero una fuerza sobrenatural se lo impide y se hace cargo de las niñas.

Cinco años más tarde, éstas son encontradas en estado salvaje, gracias a la búsqueda ininterrumpida que había orquestado su tío Lucas, hermano de Jeff.  El tío y su novia, Annabel, se hacen cargo de las chicas y comienzan el largo recorrido que implica acostumbrarlas nuevamente a vivir en sociedad. Periplo que ya de por sí hubiera sido difícil… más todavía se complica porque las niñas no han vuelto solas. Mamá las acompaña…


¿Y quién es esta Mamá? ¿Un producto de sus imaginaciones combinadas, que les permitía sentirse seguras en medio del abandono que debieron sufrir? ¿O un ente sobrenatural, un fantasma? Y de ser así ¿por qué ha decidido cuidarlas? ¿Aceptará buenamente que nuevos cuidados y cariños vengan a competir con el suyo? ¿O decidirá luchar por el amor de sus “hijas”?




En torno de ese drama se desarrolla la película, a la que no le falta nada. Ni el terror psicológico, ni las luces que parpadean, ni los espectros que se esconden en los armarios o bajo las camas, ni los insectos que presagian la llegada de lo sobrenatural, ni la niña que ríe y juega con algo que nosotros no vemos, pero nos da escalofríos, ni los ataques perpetrados por el fantasma contra sus oponentes vivos, ni el investigador que intenta encontrarle una explicación al caso y, de paso, abonar su gloria personal como científico, ni los sueños que revelan historias, ni las búsquedas en plena oscuridad. Nada, es una película de género por demás completa.

En lo que sí voy a detenerme, es en las actuaciones. Punto por punto.

1) Jessica Chastain interpretando a Annabel. Sólida, creíble, un personaje construido en titanio. Una rockera devenida en madre sustituta que, incluso a pesar suyo, comienza a tomarle cariño a las nenas y es capaz de jugarse por ellas. En la escena final, para mí, Annabel es la heroína de la noche. Este personaje sostiene muy bien el mensaje que parir no es lo que te convierte en madre, sino amar más allá de toda entrega, pero sin aprisionar.

2) Megan Charpentier, interpretando a Victoria, la mayor de las niñas. Expresiva, decidida, increíblemente adulta para su corta edad, se mete en la piel del personaje al que le toca la parte más difícil: la hermana que conoce los dos mundos, el de la sociedad y el de la cabaña, la chica que camina por el borde de la realidad, la que ve los dos lados del espejo… (la Guivi se identificó muchísimo con esta nena, jeje…), y a la cual, por lo tanto, le cuesta mucho más tener que elegir entre ellos.

3) Isabelle Nélisse le pone cuerpo y corazón a Lilly. ¿Qué decir de esta pequeña gigante? ¡Es megaincreíble! ¡Es maravillosa! Desde ya me propongo seguir su carrera, porque le auguro un gran futuro a esta niña actriz impresionante. Desde el manejo de su cuerpo, en un personaje que exige muchísima presencia física porque básicamente se expresa a través de posturas y gestos, hasta sus expresiones, que dicen mucho más que un torrente de palabras. Interpreta magistralmente a esa pequeña salvaje que a la única madre que conoce es a la fantasma… y tiene una escena con Annabel, en la cual comienza resistiéndose y termina dejándose arrullar, que es pura poesía acerca de cómo el amor y el buen trato pueden desenterrar en nosotros la humanidad más hondamente oculta.


4) Y lo dejé para lo último, sí, porque quería hacer un análisis serio de los demás personajes y poner de relieve todos sus méritos, y si hablaba antes de don Nico me iba a desviar inevitablemente para el lado de la fangirl o, lo que es lo mismo, para el lado de la chacota. Nikolaj Coster – Waldau interpreta el doble personaje de Jeffrey y Lucas. Con la solidez de siempre.
Primero lo vemos en su rol del hermano desesperado, propenso al suicidio y con momentos de delirio, y es impresionante. Siempre me produce un poco de recelo cuando a un actor que me gusta le toca llorar (me acuerdo de lo mal que llora el hermoso de Clive Owen, por ejemplo, y me siento pésimo... porque más allá de eso me fascina su actuación), ¡pero don Nicolás llora divinamente! Sin estridencias, transmitiendo tanto sentimiento que se te parte el corazón. (Por cierto, en la foto que acompaña este párrafo es imposible no acordarse de John Amsterdam, ¿no les parece?)

Y luego, nos deleitamos con Lucas. Es reconfortante para el alma ver a nuestro Matarreyes de siempre en un papel donde su relación con la gente menuda es fluida y tierna. El vínculo que establece con Victoria, la sobrina mayor que inmediatamente lo llama “papá”, por el parecido físico evidente que tiene con el fallecido, es de una dulzura infinita. Y esa sonrisa… qué bien le queda a don Nico la sonrisa sincera, sin segundas intenciones, sin el propósito irónico que le vemos en otros papeles. Qué lindo es Nik cuando sonríe… ven, ya les dije, ¡no me pidan objetividad cuando hablo de este bombonazo, jajaja! En definitiva, Lucas está limpiamente interpretado, transmite sentimientos sin tropiezos, nos muestra sus cambios de perspectiva con fluidez, nos permite vivenciar el compromiso asumido por ese tío en cuanto al bienestar de sus niñas. Es absolutamente creíble.
De modo que mi recomendación es… no se la pierdan, tiene mucho a su favor. Si son como yo, reacios al género terrorífico, denle una oportunidad a esta Mamá. No creo que se arrepientan.

domingo, 21 de abril de 2013

Cinco minutos que valieron la pena...

Me encuentro en estado de “sleep deprivation”, cosa que habitualmente me pasa cuando voy al cine con Amiguita del alma y nos desvelamos conversando como hasta las cinco de la madrugada, sin tener en cuenta que, al día siguiente, un pequeñito de tres años me despertará a las ocho de la mañana a más tardar, porque necesita que se le prepare el desayuno.

Pero, como decía mi abuela, “calavera no chilla” y, la verdad, me siento como si tuviera 17 otra vez (aunque sin la carga de angustia que padecía, efectivamente, a esa edad).

Fuimos al cine a ver Oblivion, la tierra del olvido. Y fuimos con todos los recaudos del caso, es decir, prevenidas sobre los desastres que últimamente suelen hacerse en lo que a ciencia ficción se trata, conscientes que íbamos a someternos a una sobrecarga importante de Ton Cruise (actor que a ninguna de nosotras nos moviliza un pelo en absoluto…), pero con la esperanza que la actuación del gran Morgan Freeman equilibrara la balanza. La actuación de Freeman, y la de Nikolaj Coster – Waldau, por supuesto… desde ya les cuento: aparece en cuatro o cinco escenas, a lo más… no debe totalizar más de cinco minutos de pantalla, pero esos cinco minutos valen con creces el precio de la entrada (si eres fan de este pedazo de bombón, obviamente).

Don Morgan Freeman jerarquiza todo lo que toca. www.movies.yahoo.com

Brevísima sinopsis, antes de pasar a lo nuestro (jejeje…)

La acción se sitúa en el año 2077. Nos enteramos que, en un pasado cercano, la Tierra fue amenazada por una raza extraterrestre que, en su afán de dominio, destruyó la Luna. Luego, aprovechó los cataclismos ocasionados por ese desastre para proceder a la invasión del planeta. Una mermada humanidad echó mano del típico “último recurso” que el género sci-fi reserva a estas cuestiones: las armas nucleares. De ello resultó una invasión abortada, un planeta inhabitable y los humanos supervivientes trasladados para vivir en Titán, una de las lunas de Saturno, previo paso por una central espacial de escalofriante vanguardia. Desde esa central se controlan, en el tiempo de la acción del filme, las operaciones de extracción de agua desde lo que queda de la Tierra, operaciones que, aparentemente, son entorpecidas de forma constante por algunos alienígenas supervivientes, conocidos como “carroñeros”.


Jack Harper (Tom Cruise) y su compañera Victoria (Andrea Riseboroug) son los encargados, durante un turno, de controlar dichas operaciones de extracción desde una estructura habitacional denominada “torre 49”. Ella no ve la hora que su misión finalice, para poder establecerse definitivamente en Titán. Él… no está tan seguro. Lo acosan recuerdos de hechos y personas que jamás conoció e, intuye, algo deben tener que ver con esa Tierra que se ha transformado en una extraña para sus propios hijos.

Victoria en la torre 49 www.movies.yahoo.com

Y esta sensación se verá incrementada cuando Jack encuentre una cápsula espacial que contiene a la superviviente de una antigua misión (Olga Kurylenko) en estado de “sueño delta”… y conozca en persona a los carroñeros que, como todos sospechábamos, no son alienígenas sino humanos… los verdaderos remanentes de una invasión que, comenzamos a sospecharlo, tal vez no haya sido repelida realmente.
La bella y extraña superviviente www.geektyrant.com
 

No cuento más del tema, vean la peli, está linda. Bien narrada, con efectos especiales logrados y necesarios, sin derroche de medios técnicos por el mero hecho de mostrar lo que la industria del cine puede hacer. Más allá de la cuestión que al pobre de Tom nunca se le ha caído el estigma de Maverick (lo vemos tripulando la versión futurista de un avión de combate, y montado en la versión ídem de una moto), también está razonablemente bien actuada.

Ahora sí, vayamos a lo nuestro.

Promediando la mitad de la película, escuchamos una voz familiar espetándole al líder de los “carroñeros” (Morgan Freeman) no estar muy seguro de la conveniencia de haber hecho contacto con Jack. Y ahí aparece nuestro Sykes (Nikolaj Coster – Waldau), una especie de lugarteniente. Ese fue el momento en que la Guivi se derritió, y Amiguita tuvo que usar la cuchara del helado que se había tomado previo a la función, para juntar sus pedacitos.


Yo me temía que, como debía interpretar a un militar, lo iban a rapar. Pero no, gracias al Cielo. Y gracias a que a los productores de Juego de Tronos se les ocurrió que el Matarreyes tiene que seguir con melena. Lo gracioso es que, para mantenerle el cabello a raya, le hacen un peinado que me hizo acordar al que me hago para ir a trabajar. Ojalá encontrara foto…

Ponte más de perfil, Nico, que queremos verte el peinado... www.movies.yahoo.com

En fin, no hay mucho para decir del parco Sykes. Podríamos usar la palabra “Badass” y estaría todo claro. Es un cabrón, desconfiado y directo. Pero también es leal y confiable. Se preocupa por aquellos que tiene a su cargo. Y, a pesar de lo poco desarrollado que está su personaje (muy poco tiempo en pantalla, sí…) vemos cómo evoluciona desde sus recelos iniciales, y cómo es capaz de admitir un error o una mala apreciación. Es decir, fue todo un alivio ver, por una vez, a don Nico fichar en el bando correcto de entrada, para variar…

Otra confesión: estuve toda la película esperando que lo mataran. Porque estuvo siempre al borde. Y encima soy yeta, basta que me guste un personaje para que se desate el síndrome de Sean Bean. Pero, por suerte, esta vez rompí la racha.

Sí, lo repito. La peli vale la pena. Los cinco minutos de don Nico valen la pena. Sus fanas vamos a concordar en que a Sykes vale la pena hincarle el diente.

Qué aspecto de profe que tenías en la premiere, Nico... www.zimbio.com

Y no me quiero, no me puedo ir, sin dejarles esto. A lo mejor ya lo vieron, pero yo lo descubrí ayer y casi tuve un infarto…

Ojos azul jacinto... www.dujour.com

¡Que terminen bien el fin de semana!

domingo, 14 de abril de 2013

Alimentando a la fangirl con material de –esperemos- buena calidad…


Cuando iba a la escuela secundaria – allá por inicios de los ’90 – a la mitad más uno de mis compañeras les gustaba Tom Cruise. A mí no. Por ser contrera, supongo. O porque, en esa época, este muchacho se había hecho famoso actuando en Top Gun, película que yo no me bancaba pero de la cual una amiga muy querida era absolutamente fanática. Y, ayer como ahora, he hecho un apostolado de esto que es acompañar amigas a ver filmes por la simple razón que en ellos trabaja alguno de sus chongos cinematográficos. Así que la peli del piloto “fachero” y piola la tuve que ver reiteradas veces. Justamente yo, que considero los aviones de combate una de las cosas más hermosas y tristes que haya ideado la Humanidad: instrumentos bellísimos, pero creados con el único cometido de matar gente. Justamente yo, repito, que hice protagonista de mi novela de ciencia ficción a un piloto empeñado en destruir el supuesto glamour de las bases aeronáuticas poniendo de relieve que no existe nada romántico en salir zumbando de la cama al son de una alarma antiaérea, y meterse en una carlinga fría, cruzando los dedos para que los dioses le permitan a uno volver a ver a sus hijos después de esa escaramuza…

En fin, al pobre de Tom recién le tomé respeto cuando lo vi actuar en El último samurai. Ahí pensé que, finalmente, se había puesto los pantalones largos y se había recibido de actor.

Esta escena era, francamente, impresionante... www.blogs.canalsur.es


Resulta ser que, ahora, se le está haciendo un montón de propaganda porque acaba de estrenarse su última película, llamada Oblivion. Es una obra de ciencia ficción, así que, por sentado, me interesa. Parece que va de un futuro postbélico, con la Tierra totalmente transformada, y una población mermadísima a la cual le han hecho creer una cierta versión de la historia… que, en el transcurso del filme, se va a revelar como falsa…


Y bueno, pensarán ustedes… más allá que sea una de sci – fi, ¿qué le puede interesar esto a la Guivi para subirlo a su blog? ¿Acaso, a la vejez viruelas, le encontró un lado más amable al ex – Maverick? No, señores… además del obvio hecho que pertenece a mi género cinematográfico favorito, hay otra importante y bellísima razón para que servidora arrastre al Santo Varón al cine más cercano: un personaje llamado Sykes, que es interpretado por… ¡nuestro amigo don Nico!
 
No me pongas esa cara de jodido, Nico, que me tienen que juntar con cucharita... www.locoxelcine.com
 

¡Con el pelo largo y la barba, a lo Matarreyes! Absolutamente para el soponcio… hace meses que sabía de esto, pero con el candombe relativo al estreno de la 3ra temporada de Juego de Tronos y la desilusión con respecto a la Danza de Espadas, me había olvidado que estrenaba el 9 de abril.

Ay, ay, ay… que me han resucitado las mariposas…

sábado, 13 de abril de 2013

Mientras tanto...

En fin, la entrada anterior fue de catarsis. Mientras espero la redención del Atorrante, a partir del capítulo 3 de la 3ra temporada de Juego de Tronos, me estuve entreteniendo con la otra faceta de la rubiola, es decir con el bueno de John Amsterdam.
A los que no hayan tenido la oportunidad de mirar la serie New Amsterdam, que hace unos años emitía la FOX, se las recomiendo. Y si tienen ganas de leer una buena crítica, que incluye reseña clara del contenido, no se pierdan lo que Damablanca
nos cuenta sobre el particular.



Con sus cuatrocientos años vividos, John ha tenido tiempo más que suficiente para pasarla mal. Esa situación, combinada con el hermoso tema "Como la lluvia en Buenos Aires", que escribió Joaquín Sabina e interpretó Juan Carlos Baglietto, dio como resultado el siguiente videito musical...



Dos observaciones obvias:
1) A John no le faltaron mujeres.
2) Cuando la Guivi se puso a editar, se le fue la mano con la exposición de piel, jeje...

Como siempre, me puse a pensar que una historia parecida podría haberse ambientado en Buenos Aires. John tendría que haber sido el hermano de Ulrico Schmidel, el cronista que vino con Pedro de Mendoza... Pero sigo preguntándome qué actor argentino podría haber interpretado el papel...

Y bueno, ya falta menos...

miércoles, 10 de abril de 2013

¡Malditoz guioniztaz! ¡Eztáiz acecinando al Matarreyez!


A duras penas me resigno a no escuchar el ceceo de Vargo Hoat, clamando por su pobrecito oso asesinado. Todo por ser “políticamente correcto”, y no ofender a personas con esta particularidad. Una, a mi modo de ver, cortedad de miras que me recuerda las razones esgrimidas, hace unos años, para levantar el programa “Mosca y Smith en el Once”, serie paródica sobre policías y mafias que, supuestamente, agraviaba a las comunidades boliviana, paraguaya, china, coreana, judía, etc., que habitan en ese populoso barrio de la capital porteña. Los censores no pararon mientes en lo de “paródica”: la serie, en tono burlón, no pretendía menoscabar a ninguna de esas dignas comunidades, sino dejar al desnudo los prejuicios de los argentinos, que nos las damos de tolerantes y abiertos pero, ahí nomás, dejamos traslucir el recelo con que somos capaces de mirar al vecino. Pero claro, era más fácil pasar por alto el “tirón de orejas”… y creo que con lo de Vargo y sus alegres camaradas ha pasado algo similar.


En fin… que esta entrada no tiene que ver, directamente, con el ceceo susodicho.

Como el título lo indica, va de rubiola.

Recién me estoy recuperando de la impresión causada por el capítulo 2 de la tercera temporada de Juego de Tronos. Aviso desde ya, esto no es una reseña. Es la queja de una jaimera que aún sangra por la herida.

Damablanca ha rebautizado a Jaime como “Ser Atorrante”, y parece que los guionistas de la HBO se lo han tomado en serio. Hemos tenido todo un episodio plagado de viñetas del Matarreyes intentando que la Moza se sintiera apenas superior a un insecto. Bueno, eso no es novedad. Si nos ponemos a considerar lo afilada que es la lengua de este muchacho, y encima tenemos en cuenta que no le vendría nada mal lograr que su custodia pierda el control, si lo que pretende es huir de ella, todas las pullas tienen su lógica. Se entiende que la pinche, que la hostigue con la homosexualidad de Renly, que intente hacerla dudar de sus habilidades poniendo en cuestión su relación con Lady Catelyn. Incluso entra dentro de este afán molestoso que alivie su vejiga frente a ella, en un típico gesto de desplante adolescente. Ay, Bri, lo que estás obligada a soportar…

Lo que no me cierra es ese deliberado intento por mostrarlo aún más ruin de lo que es. Este no es el Jaime del libro. Me lo vengo temiendo desde la primera temporada. Pasé por alto la forma en que se cargó a Jory Cassel (oh, Joryyyyyy!!!!!) considerándolo un acto de guerra. Atenuaba más el hecho la reprimenda que se debe masticar en el capítulo siguiente, cuando su padre lo increpa al tiempo que desposta un venado. Ya en la segunda temporada, sus artimañas para escapar del cautiverio me hicieron fruncir la nariz. ¿Es Jaime un asesino a sangre fría? En el libro, no. Hay una gran diferencia entre ser un soldado y matar en combate, y mostrarse capaz de asesinar por conveniencia a alguien de tu propia sangre. Incluso el hecho deleznable de andar defenestrando criaturas lo comete en “emoción violenta”, aunque no por eso lo voy a exculpar (lo de Bran no te lo perdono así vivas mil años, Matarreyes…).

Pero esta vez se han pasado de listos. ¿Sugerir que se carguen al campesino con el cual se cruzan en el bosque, por el mero hecho que puede delatarlos? Está bien, está bien, tenía razón, los vendió. Pero no es excusa. No lo veo a Jaime tomando esa decisión así como así. No al Jaime que, pudiendo haberle roto la cara a la Moza con el remo, bien al principio de su viajecito, decide no hacerlo porque, en cierto modo, ya está impresionado por lo que ella es capaz de afrontar y porque se considera en deuda ya que la dama ha impedido que los Tully lo recapturen.


No hay coherencia. O, a lo mejor, sí la hay, pero están recargando las tintas. Están convirtiéndolo en un ogro que no tiene salvación. Antes de ver la serie, me preguntaba por qué mis amistades que no habían leído aún el libro le tenían tanta inquina. Luego de ver la segunda temporada, lo comprendí. Lo han pintado como un verdadero hijo de mala mujer. Pero pensé que eso se revertía en esta temporada. Sigo pensándolo, mas ahora me cuesta imaginarme cómo.

¿Cuánto mérito va a tener que hacer este desgraciado para que el televidente promedio le dé una oportunidad? ¿Cómo van a lograr que remonte la ignominia en la que se ha metido?

Y aquí vienen los spoilers…

¿Vamos a tener confesión en la bañera, con debilidad, con desmayo en brazos de la Moza, con “Jaime, mi nombre es Jaime, no Matarreyes”? ¿O simplemente van a dejar que nos creamos eso de “Sí, lo maté porque soy un jodido… me caía mal el Aerys ese y lo limpié porque soy un desleal en cuya palabra no se puede confiar”?

¿Bastará con que reviente caballos para volver a Harrenhal? ¿Le perdonarán sus crímenes cuando lo vean arriesgar su vida por Brienne en el foso del osito? ¿O le imprimirán a su más heroico acto otra motivación aviesa que termine de sumergirlo en los abismos?

¿Va a gritar “Zafiros”, este cacho de atorrante, o no? ¿Eh, eh?

No, si ya no sé qué pensar… sólo compartir con Malena el grito desgarrado de "¡Que nos devuelvan al héroe del pueblo!"


¿Dónde está lo que sentí la primera vez que ví esta imagen? www.hypable.com
 
Ah, y otra cosa. Extraño mis mariposas en la panza. La seguidilla “clip de la discusión sobre Renly – “No elegimos a quién amar” – Blondies desmelenados en la fosa del osito – Escena que confirmó que había bañera en Harrenhal – Pequeñas imágenes aisladas de la Danza de Espadas” habían logrado que mi corazón se desbocara durante una semana entera, o más. Al punto de volver necesario el video de la entrada anterior. Caminé como diez días sobre algodones, reviviendo lo mejor de mi adolescencia. ¿Qué pasó, Dios mío, qué pasó cuando vi el episodio 2? ¿Dónde se había ido la magia? ¿Por qué no me morí de amor con la escena de la tirada de mechas? Pensé que el duelo de espadas iba a ser magnífico, que me iba a dejar al borde de la silla… y nada, ché, nunca dejé de sentir que era algo armado, algo carente de toda pasión. ¡Se estaban jugando la vida! Ese combate los acerca como nada hasta entonces, los eleva… pero si hasta hay quienes piensan que, en el fondo, se está sublimando otra cosa, nada menos que una tremenda tensión sexual. ¿Vimos algo de eso en esta Danza de Espadas? Si alguien lo percibió, que me avise, porque lo que es yo… ay, con dolor admito, no lo ví.

¿Qué pasó, blondies míos, qué pasó? www.fanpop.com

¿Habrá que prenderle una vela a don Georgie para que la cosa se redima la semana que viene?

viernes, 5 de abril de 2013

¿Cómo podría yo arrepentirme de ésto?

He pasado un día y medio infernales. Por cuestiones de trabajo y temas personales que no vale la pena profundizar... en fin, que durante toda esta larga jornada lo único que me mantenía en pié era pensar: "en cuanto vuelva a casa me pongo a terminar el video de la Bri y su Matarreyes".
Así que aquí está. En calidad mínima, porque los clips que usé eran livianitos para que no se me "colgara" la máquina. Cada tanto se pixela todo, así que desde ya no esperen demasiado y, sobre todo -por favor...- ténganme paciencia. Esto es el producto de la mente torturada de una docente y madre que necesitaba un momento de expansión.



Ahora no veo la hora de tener materiales nuevos para seguir editando videos de estos dos.
La elección de la música tiene su explicación también. Me pareció que, por el tipo de historia que tienen nuestros blondos, y por la clase de escenas de las cuales disponemos hasta el momento, no les cuadraba un tema lento o romanticón. Ellos se merecen la versión rockera que Attaque 77 hizo del tema popular de Gilda. ¡Amo la batería de esta canción! Toda ella tiene una energía desenfrenada que, creo, le quedaba bien a la historia que estamos contando...

Ya no falta nada para la "Danza de Espadas"!!!!! Y repito, que no, que es imposible que yo me arrepienta de este amor (y esperemos que don Georgie nos dé el gustazo...)