sábado, 18 de octubre de 2014

Cairo Time: un momento fuera del tiempo


A veces ocurren cosas que interrumpen el ritmo rutinario de nuestras vidas. Una excursión, un día libre inesperado, un rato al sol mirando el brillo que tiene el aire una tarde de primavera, el olor del pasto mojado después de la lluvia. Entonces parece que se hubiera abierto una brecha en la continuidad del tiempo, y que estuviéramos de incógnito en una tierra paralela, donde la felicidad es sencilla y posible. Algo así da la impresión que les pasara a los protagonistas del sereno romance que es la película Cairo Time. Algo así me ocurrió a mí misma mientras la disfrutaba.
Trailer en inglés

Esta joya tiene sus años: se estrenó en 2009. Es fruto del genio de una joven cineasta canadiense de raíces orientales, Ruba Nadda. La protagonizan Patricia Clarkson y Alexander Siddig, y cuenta con una excelente banda sonora realizada por Niall Byrne, con algún tema del renombrado Yann Tiersen. Hago especial hincapié en la música porque no solamente es de una belleza transportadora, sino que parece un personaje más. El sonido no es un simple soporte, cuenta a su modo su propia parte de esta historia encantadora.
Trailer en castellano (ojo, es un poco tramposo)

Primero, la reseña breve, sin spoilers.
Juliette (Patricia Clarkson) es una mujer frisando los cincuenta años. Es editora de una revista femenina de actualidad, y se encuentra justo en ese momento en que las madres comienzan a recobrar su libertad, dado que sus dos hijos ya han crecido y se han independizado: el varón acaba de contraer matrimonio, y la chica se ha ido a vivir sola. Decide, entonces, realizar el viaje que venía planeando junto con su marido desde hacía bastante tiempo: una visita al Cairo. Mark, su esposo (Tom McCamus), trabaja para las Naciones Unidas y se encuentra prestando servicio en Gaza, con lo cual el matrimonio decide encontrarse en la capital egipcia para pasar las vacaciones.
Juliette recién llegada al Cairo - Patricia Clarkson, impecable en su papel. No se pierdan sus entrevistas sobre la película, es una mujer risueña, cálida e inteligente a la cual da gusto escuchar y ver...

Pero resulta ser que las cosas se complican con el trabajo de Mark, quien se ve imposibilitado de acudir a la cita. Por ello debe recurrir a Tareq (Alexander Siddig), un amigo egipcio que también sirvió para la ONU pero que ya se ha retirado, al cual encarga que busque en el aeropuerto a Juliette y le sirva de anfitrión hasta que él pueda reunirse con ella. Y de esa forma comienza esta película, con nuestra protagonista llegando al aeropuerto internacional de El Cairo y siendo recibida por un perfecto caballero oriental: amable y considerado, Tareq se pone a su servicio. La acompaña hasta el hotel y se despide no sin antes pedirle que no dude en recurrir a él ante cualquier inconveniente.
Ruba Nadda declaró que escribió el rol de Tareq con Alexander Siddig en mente... por si alguien todavía no entendía porqué en el imaginario medieval a Saladino solamente le faltaba ser cristiano para ser el caballero perfecto... pero si hasta Paty Clarkson admitió abiertamente que su compañero de reparto está fuertísimo... (soooo, Guille, mantén en orden la zona fangirl!)

Sabiendo que tiene por delante un compás de espera indeterminado, Juliette decide aprovechar el tiempo y explorar la ciudad, sin atender mucho a las recomendaciones de Mark al respecto, acerca de lo poco conveniente que puede resultarle a una mujer occidental internarse por las calles de El Cairo, sola. De esta manera, se encontrará perseguida, primero tímidamente pero después de forma indisimulada, por un grupo cada vez mayor de admiradores, la mayoría de los cuales podrían ser sus hijos. Luego de algunas peripecias termina recalando en el café del cual es propietario Tareq, quien inmediatamente comprende la situación y se ofrece para acompañarla en sus vagabundeos, haciendo un poco el papel de guía turístico.
El paseo por el Nilo. Realmente me encantó la química que desarrollan Patricia y Sid en pantalla...

No puedo desarrollar mucho más la trama sin caer en spoilers, aunque es casi inevitable que, antes o después, termine contándoles más de lo que debería. De modo que, si no vieron la peli o les molestan las anticipaciones, yo les diría que vayan con cuidado en la lectura, desde aquí en más.





Pero es muy fácil imaginar lo que viene a continuación. Juliette y Tareq descubren que pueden entenderse profundamente, aunque son diferentes y provienen de situaciones completamente distintas. Entre ellos se establece un romance que está hecho de palabras y miradas, de silencios compartidos, de recuerdos, de intercambios de opiniones, del intento por ponerse en el lugar del otro y saltar la brecha cultural que, de todas maneras existe... de algún que otro roce de manos y, en un plano físico, de muy poco más. Es a través de los ojos de su anfitrión que la mujer occidental logra comprender ese mundo extraño en el cual se ha internado, que tiene su innegable encanto pero, a la vez, aristas que ella no está dispuesta a aceptar.
Porque, más allá de su mutuo entendimiento, ambos proceden de mundos que no siempre van a congeniar. Juliette se preocupa, por ejemplo, cuando ve que el destino de las mujeres pobres en Egipto pasa por trabajar desde niñas para conseguir una buena dote y casarse dignamente, y que ello supone el no poder asistir a la escuela. Ante lo cual Tareq le hace ver que no le corresponde ponerse en el rol de "los occidentales que van a venir a arreglarlo todo en Oriente". Reflexión que apunta directamente a los fallos de nuestra propia sociedad. Hay algo básicamente hipócrita en aquel que se rasga las vestiduras ante las injusticias en otros países, pero no reconoce, o no trabaja por disminuir, las desigualdades que hay en el propio. A veces no vemos más allá de nuestro propio barrio, pero como argentina sé que no tengo que viajar a oriente para encontrarme con niñas (y niños) inadecuadamente escolarizados por motivos económicos.
Pero no es de estos temas de los que va a tratar, centralmente, Cairo Time, y no es en especial la barrera cultural el obstáculo interpuesto entre los enamorados. Son sus propios sentimientos, principalmente los de Juliette (o por lo menos así lo percibimos, ya que la historia está narrada sólo desde su punto de vista), quien ama entrañablemente a su esposo. Esto le plantea un dilema terrible. Cuando creemos que tenemos nuestra vida resuelta, hemos encontrado un amor estable, duradero y sólido; trabajamos de lo que nos gusta, sin demasiadas complicaciones... ¿qué hacemos si, inesperadamente, surge una persona que pone nuestro mundo del revés? ¿Lo arriesgamos todo en pos de un sentimiento que puede no pasar de ser meramente un sueño? ¿O nos quedamos con nuestra vida conocida, preguntándonos para siempre qué hubiera ocurrido si hubiésemos cedido al impulso que nos arrebataba? Creo que, si esta película me deslumbró tanto, es porque no me cuesta nada imaginarme, dentro de diez años, en los zapatos de Juliette. Y, conociéndome como me conozco, creo que yo tomaría exactamente la misma decisión que elige nuestra protagonista. Y así, toda la historia queda teñida para mí con la melancolía dulce del paraíso perdido apenas entrevisto.

Y aquí hay una cosa que destaco mucho de esta producción. Hubiera sido muy fácil recurrir al expediente telenovelero de presentar a Mark falleciendo trágicamente, como un héroe, en la franja de Gaza, y dejando así a su viuda libre para entregarse a su propia versión de Las Mil y Una Noches. También hubiera resultado sencillo recurrir al muy posmoderno lema del vivir el momento sin pensar en el después: en nuestro mundo de las satisfacciones inmediatas, nadie se habría escandalizado demasiado si la aventura de estos amantes florecía durante una noche para ser descartada a la mañana siguiente. Pero, por suerte para mí, Ruba Nadda pertenece a los románticos de la vieja escuela, y optó por el camino difícil, el de la sinceridad. Sus personajes son responsables, se hacen cargo de las consecuencias de sus propias acciones, y eso los torna tremendamente trágicos y queribles.
Ella había prometido conocer las pirámides con su esposo... pero era lo único que podía darle a Tareq

Hay una serenidad inefable que recorre toda la obra. Como reflexionaba la propia Patricia Clarkson en una entrevista, la historia conmueve porque podría pasarle prácticamente a cualquiera: los personajes son seres humanos comunes y corrientes, y entre ellos surge una historia que debe repetirse miles de veces cada día... pero para sus protagonistas es totalmente extraordinaria. Como la vida misma de cada uno de nosotros que, de vez en cuando, es tocada por un ángel extraño y, entonces, se desata la magia.
Gracias a todos los involucrados es esta joyita inesperada para mí... por permitirme vivir también un momento fuera del tiempo.


jueves, 24 de julio de 2014

Death of a Superhero: reflexiones acerca de la "buena muerte".

Últimamente, todas las vacaciones de invierno me pasa algo similar. Las comienzo con ganas de desconectarme del mundo y, para ello, qué mejor que buscar película del chongo de turno. Pero resulta que la Guivi tiene la mala/buena costumbre de encariñarse con actores que, en general, presentan un currículum frondoso en obras medulosas, de modo que aquello que parecía rumbear por el lado del caramelo visual se termina transformando en un viaje al corazón de la identidad humana. El año pasado me ocurrió con Untraceable, película de la cual les hablé aquí. Esta vez, le toca el turno a Death of a Superhero, coproducción alemana - irlandesa del año 2011, dirigida por Ian Fitzgibbon y basada en una novela de Anthony McCarten. La protagonizan Thomas Brodie - Sangster (mi muy querido Jojen Reed, en Game of Thrones) y Andy Serkis (al que por lo general se lo recuerda por su papel en El Señor de los Anillos, interpretando a Smeagol/Gollum). El poster viene de www.filmaffinity.com

Claro que yo no llegué a esta peli por ninguno de ellos, aunque ambos me parecen actores sumamente interesantes en cuanto a su calidad y desempeño. Dije que entré por el chongo. Sí, entré siguiendo a una de mis últimas obsesiones y me quedé porque la historia es fascinante. No doy más vueltas, es una producción irlandesa así que ya se imaginarán... Michael McElhatton interpreta al padre del protagonista (como él mismo dijo en una entrevista, es muy consciente que nunca le va a tocar hacer del príncipe... más bien de su viejo...)
No me pongas esos ojitos, Miguel, que te dejo hacerme de príncipe, de rey, de gran visir, de cocinero o de lo que vos quieras... fuente: www.dothestrandsky.tumblr.com

Pero vamos al punto, que dije esto iba en serio, y así es. Les adelanto un poquito de la trama, para que vean de qué se trata.
 
Thomas encarna a Donald, un adolescente quinceañero al cual le han diagnosticado un cáncer de pésimo pronóstico. Está en tratamiento mas, obviamente, su enojo con esa vida que lo traiciona y lo abandona a destiempo es tan profundo, y lo empuja a situaciones tan riesgosas, que sus padres deciden ponerlo en contacto con el Dr. Adrian King. Éste, interpretado por Serkis, es un afamado tanatólogo, un psicoanalista especializado en personas que lidian con la muerte. Entre ambos se irá entablando una relación que, en un principio, no pasa de ser la del paciente y su médico, y con grandes reticencias por parte de Don.
 Psicoanalista y paciente, y el omnipresente océano. Fuente: www.iftn.ie

Pero hay dos elementos que irán limando asperezas y aproximando a este dúo. El primero es el talento del joven para el dibujo. Donald es un genial ilustrador, que ha desarrollado la aventura gráfica de un misterioso superhéroe... una suerte de alter ego que le permite lidiar con ese final que se le acerca, y que en el cómic adopta la figura del villano Gloves.

Resulta que el Dr. King también es un artista plástico... y también encierra dolores profundos, pérdidas a medio resolver que, cuando las descubra, le harán notar a su paciente que el terapeuta tampoco "se las sabe todas". Esta humanización basada en las falencias de cada quien tenderá un puente entre los personajes. En ese sentido, la película también aboga por la "antiterapia", por decirlo de alguna forma. Siempre nos dicen que la clave en la labor del psicólogo está en no involucrarse con su analizado, en mantener la distancia, en no implicarse emocionalmente... En esta historia, por el contrario, Adrian solo podrá ser capaz de llegar hasta Donald en el momento en que reconozca que se interesa desde lo más emotivo por él. Desde este particular enfoque, es en la medida en que ayude al paciente a reconciliarse con su situación vital, que el doctor logra sanar sus propias heridas. La terapia, por lo tanto, corre en ambas direcciones.
¿Cuál es el mensaje que King tiene para este joven? Básicamente, a mi parecer, que no se deje morir antes de tiempo. Me explico: dada la patología del muchacho, su final es inevitable... pero él es libre de elegir cómo quiere vivir hasta ese final. Si nos dicen que dentro de un año moriremos... no nos muramos en el momento en que nos dan la noticia. No dejemos de vivir o, mejor dicho, no cancelemos nuestra vida en espera de la muerte. Adrian quiere que Don disfrute ese tiempo que le queda, que no sea un muerto en vida... que aproveche hasta el último minuto de ese talento, de sus amigos, de su familia... y del amor. Todos esos hermosos dones que le han sido regalados son suyos hasta el último aliento: no tiene por qué renunciar a ellos antes del final.
Es una película dura simplemente porque lo es la realidad que refleja. Nada nos prepara para la muerte, menos para el fallecimiento de una criatura que todavía tiene todo por vivir.
"Nada nos prepara para la muerte...", dije... y me quedé pensando. No, no tiene porqué ser así. De hecho, es un problema de nuestro tiempo, no algo innato a la condición humana. Las sociedades preindustriales sí tenían recetas para la buena muerte. Y así fue como recalé de vuelta en un clásico de mis años como medievalista: los estudios sobre la muerte del genial Philippe Ariés.
Este estudioso francés mostraba cómo durante toda la Edad Media el final de la vida había sido parte de la cotidianeidad, algo aceptado, algo que se esperaba y se vivía de acuerdo con ciertos cánones que marcaban lo que se daba en llamar la "buena muerte": se sabía cuándo se aproximaba y la persona se "disponía" para morir. Generalmente en su lecho, rodeada de familiares, con un momento dedicado a ordenar sus cuentas terrenales y otro orientado a ponerse en paz con Dios, se trataba de lo que Ariés denomina "muerte domesticada". Cosa que, por otro lado, se percibía en los enterramientos, que no estaban confinados extramuros sino que se realizaban dentro o en las proximidades de las iglesias. No era extaño que los familiares brindaran comidas comunitarias en el terreno de los cementerios, incluso como una forma de compartir con sus difuntos. La muerte no se negaba, no se ocultaba. Incluso los más chiquitos formaban parte del ceremonial. Con el paso de los siglos, ya entrando en la Baja Edad Media, este sentimiento se personaliza, adquiriéndose la conciencia de lo que este investigador llamaba la "muerte propia", en la cual la "batalla por el alma" ya no se veía como algo que iba a jugarse en el momento del Juicio Final, sino que tenía lugar, en los planos sutiles, pero en la misma habitación del moribundo. ¿Creaba esto grandes angustias? Aparentemente no, ya que los cristianos medievales confiaban plenamente en sus abogados celestiales: la Virgen María y toda la cohorte de santos.
¿Cómo llegamos, entonces, a la situación actual? Repasemos, de la mano de este mismo autor: ya no se muere en casa, sino en el hospital; no nos acompañan los parientes (no por lo menos en la misma medida), sino los "especialistas en tránsitos" que son los enfermeros y médicos; la muerte misma ya no es un momento específico, sino que parece que va llegando en cuotas, con la pérdida de la conciencia... Según Ariés, vivimos la etapa de la "muerte negada", una situación que se oculta, en la cual se pretende no pensar demasiado. El duelo se ha convertido en algo que hay que acortar y esconder, porque "ofende" la felicidad de los demás. La gente quiere vivir sin darse cuenta que va caminando hacia el final inevitable, y por eso pretende no ver cuando le sucede a los otros.
Y yo creo que, justamente, es contra todo eso que se rebela Death of a Superhero. Más allá del drama exacerbado que nos plantea la corta edad del protagonista, hay un intento de domesticar lo inevitable, de convertirlo en parte de la vida. De hecho, y quitándole toda la carga religiosa, muchos elementos de la buena muerte medieval están presentes en el derrotero que sigue Don hasta alcanzar la paz consigo mismo... y llevársela, de paso, a todos los que lo quieren bien. No sé hasta qué punto habrán sido conscientes de ello McCarten y Fitzgibbon, pero la cosa les quedó redondita... Recomendadísima esta peli.

Y ya habrán notado que casi no me referí a ese... pues bien, el Sr. McE interpreta a James, el padre del muchacho. Y hace, para variar, un personaje entrañable. Si no van a poder sacarse a Lord Bolton de la cabeza, no miren la película, porque éste sí que no tiene nada que ver. Yo quería ver la faceta tierna de Miguel, y esta vez el experimento me salió bárbaro. James descubre una manera muy poco ortodoxa de conectarse con el hijo moribundo, y sé que algunos pondrán el grito en el cielo porque "cóooomo, el uso de ciertas sustancias...", pero la verdad es que a mí me encantó. Y verlo a McElhatton en estado de semi trance, bailando como un ridículo, no tiene precio. Ay, Miguel, cómo me tienes, cariño...
Así es la cosa con la loca... los chongos siempre terminan poniéndola a hacer los deberes. Gracias, mi irlandés malandra, por reconectarme con la aventura medieval, que es el mundo en el cual sigue viviendo mi corazón.

domingo, 6 de julio de 2014

"¿Qué diría Miguel si leyera mi tumblr?" Algunas reflexiones acerca de la objetivización de lo masculino.

Hace tiempo vengo sosteniendo que tumblr es una suerte de universo paralelo en donde las pasiones se desbocan, donde la gente aprovecha para ventilar sus fantasías sin el menor disimulo, amparada en la precaria intimidad que provee un seudónimo y un ícono de libre elección. Y no me parece mal, estamos hasta la coronilla de represiones y de "esto se debe hacer así, aquello asá..., este no es lugar para x o y, no se desubique, señora..." No me quejo, para vivir en sociedad tenemos que aprender a medir nuestras palabras, nuestras acciones... nuestro deseos también. No se puede ir por el mundo arrasando con todo. Pero por eso me parece sano que existan espacios en los que uno se sienta libre de dejar volar la imaginación, siempre con el debido respeto por los demás (cosa que en ese ambiente se da por sentada, ya que cada uno mira lo que quiere, y lo que no... lo pasa por alto... para eso están los tags, esas palabras o frasecitas encabezada por el signo "numeral" #, encargadas de advertir de qué va la cosa en cada oportunidad, y de las cuales hay usuarios que hacen un arte...)
Pues bien, hace unos pocos días me encontré con un post en el cual se daba a conocer una conversación mantenida, vía twitter, por Seamus Dillane (el hijo de Stephen, nuestro muy querido Stannis Baratheon) con un amigo. El muchacho, que debe tener unos dieciséis años, contaba que no había visto la escena en que su padre mantenía relaciones con la actriz Carice van Houtten (Melisandre), pero que todos sus contactos le habían hecho comentarios sobre el particular. Por lo que se notaba, el chico estaba entre divertido y asqueado con la cuestión: "imaginate cómo me siento yo...", le contestaba al amigo que le planteaba que dicha escena lo había dejado "revuelto".

Conozco más de un par que mueren por llamarte "papito", Stephen...


Mi inmediato pensamiento fue algo así como: "¡Pobre flaco! ¡Si llega a entrar acá y se entera de lo que las chicas quisieran hacer con su viejo, le da un ataque!". Obviamente, mi segunda reflexión tuvo que ver con la cara que pondría Miguel (Michael McElhatton, pero me causa mucho referirme a él traduciendo su nombre al castellano) si por uno de esos azares del destino se topara con mi página. Suelo preguntarme cómo se estará tomando el hecho de haber devenido sex-symbol al borde de la cincuentena, luego de una carrera de más de veinte años que tuvo que ver con muchas cosas pero, aparentemente, no había orillado las procelosas aguas del océano de estrógenos que es el universo fangirl. Pero ese es tema para otro artículo, si se quiere, así que Lord Malandra, vaya a guardarse a la trastienda por un rato... (que ya voy a buscarlo).

¿Serías capaz de mantener esa expresión serena si supieras, Miguel? La imagen viene de www.tumblr.ladytp.com

Vuelvo al tema. Paralelamente a esta anécdota, he vivido inmersa (como buena argentina que soy) en el asunto futbolero dominate. Y sí, el Mundial es una buena excusa para poner en la vidriera especímenes masculinos de lo más variados. Pero lo que me llamó la atención esta vez fue cuán abiertamente se desbocó la baba femenina. A ver, entendámonos, la apreciación de los deportistas de diversas procedencias no es cosa nueva, pero por lo general he visto que era una suerte de "sotto voce", de rumor que circulaba, por ejemplo en épocas mundialeras, de forma casi oculta, como si causara vergüenza... mientras los hombres discutían de fútbol, sus esposas se comían con los ojos a tal o cual.
Esta vez, para mi total beneplácito, las cosas se dicen en voz alta, sin miedo a la mirada acusadora de los "censores de las buenas costumbres" ni al consabido chiste de "dejalas que se entretengan mirando los tipos, así no molestan preguntando cuándo es posición adelantada" (prejuicio machista si los hay, la que suscribe sabe lo que es off-side desde que iba a la primaria, no por nada tenía compañeros con los que compartí algún que otro picadito...). Un poco puede deberse a las redes sociales, que han dado lugar a la circulación de verdaderos ejercicios de apreciación del cuerpo masculino. Gracias a una amiga de la infancia, por ejemplo, me enteré que tal vez lo más sensual de un torso bien trabajado no sean los abdominales, sino la forma en que éstos delinean la ingle de tal o cual caballero.
Sobre el particular, nada más emblemático, creo, que el avispero levantado en torno de mi compatriota Ezequiel Lavezzi. No, no es santo de mi devoción... por morocho que sea, le falta, a mi modo de ver, ese "no se qué" que me hace derretir cada vez que me cruzo con Billy Burke (y eso que el físico de mi Carnicero de Baltimore no está tan marcado como el del futbolista en cuestión). Pero me fascinó cómo se generó en torno suyo un verdadero fandom, cuya más pulida expresión es la página de facebook que lleva por título algo así como "Marcha para que Lavezzi juegue sin camiseta". Muchacho, te felicito, lograste que la fantasía femenina se quitara la mordaza en público, y eso es mucho decir.

Y sí, es simpático el morocho... (fuente: www.elperiodico.com.ar)


Pasado mi primer momento de euforia al notar que el chonguismo, esta actividad tanto tiempo relegada al terreno de lo vergonzante, se convertía en una acción pública y notoria de gran parte del público mujeril, me llegó el momento reflexivo. ¿Cómo se estarán tomando "los varones" esta salida del clóset del despliegue hormonal de las chicas?
Estuve tentada de hacer una observación inmediata, basada más que nada en mis propios prejuicios, y decir que a los hombres no les importa que se los considere objetos sexuales; que, al contrario, les resulta halagüeno y que eso se debe a que desde siempre les han enseñado (y permitido como algo totalmente legítimo) separar el amor del deseo físico. Que, en todo caso, al que le moleste que su novia se babee con un Neymar, un Lavezzi o, para hablar de otros ámbitos, un Nikolaj Coster-Waldau o el ya mencionado Stephen Dillane, sólo por dar unos pocos ejemplos, es porque tiene un problema personal de inseguridad, posiblemente causado por malas experiencias pasadas. Pero no, decidí meter los dedos en el enchufe y hacer una pequeña investigación.
Consulté con mis conocidos de facebook (quienes, salvo muy honrosas excepciones, hicieron la vista gorda...) y me metí por las redes buscando testimonios, tanto femeninos como masculinos, sobre el particular. De lo cual deduzco que existen reacciones bastante variadas:
  • En primer lugar, están los que pasan del tema. "No me había enterado / No me interesa / Por mí que digan y miren lo que quieran" Aquí valdría cuestionarse hasta qué punto es cierto y en qué nivel se trata de una postura "defensiva", para no encarar la cuestión.
  • Después están los que no les molesta, pero sienten que es un poco hipócrita que una mujer se babee con un actor/cantante/deportista o lo que sea, y después no acepte un piropo por la calle. Es decir, toman a bien que, en lo personal, se los "encare" o se les digan cosas bonitas, pero les gustaría que las féminas fuéramos un poco más receptivas y bajáramos el nivel de escándalo frente a situaciones similares en las cuales las "halagadas" somos nosotras. Y acá encontré opiniones también desde el círculo femenino que iban en esta dirección.
De esta segunda parcialidad diré que, en general, estoy de acuerdo, pero que tenemos que aclarar un poco de qué hablamos cuando hablamos de piropo. Yo no me ofendo si me dicen algo bonito sobre alguna parte de mi anatomía, por la calle, siempre y cuando sea eso: decir, no tocar. El cuerpo del otro se mira pero no se toca, a este nivel. Y también depende el tono. No es lo mismo exclamarle a una chica: "¡Qué linda que sos cuando te vas, bombonazo!", que murmurar en tono lascivo: "Vení, mamaza, que te parto el ort..." Perdón, ya sé que es tremendamente vulgar, pero a eso voy. El primer ejemplo enaltece, si se quiere, la figura femenina. El segundo la degrada a objeto para la satisfacción del otro, más allá de su acuerdo o desacuerdo. Me parecen cosas totalmente diferentes y creo que, en el fondo, la extensión de la segunda práctica (y del manoseo) es lo que ha llevado a ciertos sectores del feminismo a considerar que cualquier manifestación verbal sobre el físico del otro es un acoso.
Otra cosa es que el desborde de hormonas femeninas del cual estamos hablando hoy se da en general por interpósita pantalla, no en vivo y en directo, con lo cual los muchachos afectados pueden elegir ni siquiera enterarse, cosa que no ocurre cuando a una le dicen un piropo "de cuerpo presente".
Y otro detalle a tener en cuenta es que, más allá del gusto que expresemos las mujeres, hay una realidad concreta y es que la sociedad de consumo, históricamente, ha mercantilizado el cuerpo femenino, no el masculino. No se usan abdominales e ingles de futbolistas para vender desde un seguro contra incendios hasta una pasta dental. No, señores, para eso se usan senos y traseros de señoritas, cosificándose a la mujer con fines mercantiles que nada tienen que ver con la apreciación de su belleza. Seamos sinceros, a los dueños de la Peugeot o la Ford, o la automotriz que sea, no le interesa que la figura de tal o cual modelo publicitaria enaltezca a nadie, lo que les interesa es recurrir a los instintos básicos del macho para conseguir que le compre el autito... o a la necesidad de la mujer de sentirse tan deseable como la modelo, y así incentivarla a ella también para que adquiera el producto ofrecido. Es decir, en cuanto consumidores, somos todos víctimas de la cosificación. Pero en cuanto a estrategias del oferente, la mujer ha sido la más utilizada. Si se usara la anatomía masculina como excusa barata para vender detergente yo tambien me opondría, y sentiría que se está tergiversando mi legítimo derecho de apreciar la belleza de un tipo.

  • Luego hay un tercer grupo que es el que, lejos, más me preocupa. Son los que ponen el grito en el cielo, los que consideran que se trata de una "infidelidad mental", los que identifican este despliegue con actitudes relacionadas con la autoprocuración del placer (como si la masturbación femenina fuera algo "sucio", a compararción de la del varón que, evidentemente, para estos especímenes sí es aceptable...). Lo peor del caso es que en esta subdivisión encontré muchas mujeres...No en vano se dice que las principales reproductoras del modelo de dominación machista son las madres, cuando crían a sus hijos con esas frases lapidarias como: "los hombres no lloran / nooo, ¿cómo le vas a poner una remerita rosa? ¡Eso es de gay! / me preocupa que mi nene de tres años juegue con las muñecas de su hermanita...", las que festejan que el nene de jardín de infantes dice que tiene novia, pero se enardecen de furia cuando la que juega a los noviecitos con el amiguito de cinco años es la nena... 
En este grupo es claramente perceptible la herencia nunca resulta de la sociedad patriarcal. Cuarenta años largos después de la llamada "liberación femenina", el monstruo sigue más vivo que nunca. Esas son las actitudes que generan el doble estándar, que legitiman el abuso físico y verbal (que termina por quitarle la posibilidad al varón bien puesto de halagar a la mujer haciendo un comentario acerca de lo bonita que se ve), que en caso de una violación culpabilizan a la vícitma, preguntándose por sus posturas, por la manera en que estaba vestida, por "lo que dijo", por el "lugar donde se fue a meter, mirá vos, estaba buscándose lo que le pasó", las que consideran la violencia de género, en todas sus formas, como una manera de "poner a la mujer en su lugar". No es un tema menor, porque ¿cuál es el lugar de la mujer, y quién lo decide? ¿Dónde está asentado que una mujer no puede tener fantasías? ¿Quién dijo que, además de ser deseable, la mujer no puede ser un sujeto deseante? Parece mentira, pero a veces nos encontramos de frente con la moral victoriana, en pleno siglo XXI. Frente a esa situación, el chongueo, el babeo, las páginas que dan loas a los abdominales de un Lavezzi, a la nariz torcida de un Coster-Waldau, o a la voz seductora de un McElhatton, son desafíos a la moral del patriarcado. Son verdaderos actos de rebeldía, y como tales, cuentan con mi completo apoyo.

  • Por último, y para mi gran alivio, se encuentra el grupo de los Émulos de Sandro. Explico: Roberto Sánchez, alias Sandro, fue un conocidísimo cantor popular argentino. Simpático, entrador, y con un carisma y una belleza bastante particulares, cosechó una cantidad de fans que más de un artista actual le envidiaría. Las mujeres se desmayaban por él. Sus recitales eran el desparpajo total, un festival de hormona femenina en estado puro. Se cuenta que siempre le arrojaban al escenario objetos personales de todo tipo, especialmente ropa interior de mujer. Pero Sandro no "se la creía", qué va... vivió hasta el final con su pareja, y acuñó una frase que a mí me llegó por intermedio de mi Santo Varón: "Yo caliento la pava para que otro se sirva el mate", lo cual, traducido a un castellano que vaya más allá del Río de la Plata, sería algo así como "yo caliento el agua, pero el café se lo va a tomar otro". Roberto era consciente que todas las fantasías por él despertadas no tenían otro beneficiario que el marido, novio, amante o concubino de la mujer que soñaba con él.
El bueno de Roberto Sánchez en sus años mozos... vos sí que la tenías clara, varón. Fuente: www.fullblog.com.ar/blogs/nenalinda31

Este es el grupo de hombres que tienen su masculinidad tan bien plantada que nada se las mueve, ni siquiera el ver a sus mujeres comerse con los ojos a un tal o cual. Saben que eso es una fantasía, que se trata de un ideal inalcanzable, que nadie puede hacerles competencia porque, a la hora de la verdad, son ellos los que van a estar en la intimidad con la dama en cuestión. Y son conscientes que este tipo de cuestiones pueden ser un buen condimento para una relación sana y adulta. Obviamente, esto tiene que venir contrabalanceado con la postura de una mujer que no se va a poner a hacer comparaciones improcedentes, que sabe dónde terminan sus idealizaciones y dónde empieza la realidad.
De más está decir que un hombre con semejantes convicciones termina por resultar increíblemente seductor. Porque lo único mejor que soñar, es poder compartir los sueños con el compañero de una. Así que mi recomendación frente a todo esto es darse permiso. Sí, darse permiso para sentir, para experimentar, para expresarse, para ir al encuentro de nuestra pareja desde lo más auténtico que tenemos. Porque generalmente, lo que nos une a quien tenemos al lado es mucho más que unos buenos abdominales.
En fin... supongo que hay ríos de tinta escritos sobre esto desde una perspectiva psicoanalítica, que tendrán una profundidad mucho mayor que estas reflexiones. Pero son eso, reflexiones. Y ahora me encantaría escuchar las opiniones del otro lado de la pantalla...


domingo, 22 de junio de 2014

¡Te pido un Emmy para Alfie!

Es la realidad, vio... ese mundo ancho y demandante que está allá afuera y que se impone con sus horarios y tareas, el que no me deja mucho margen para escribir aquí. En el fondo, no me faltaron ideas para entradas en estos dos meses de silencio, pero sí el tiempo necesario para desarrollarlas como me gustaría. Tengo pendientes un par de artículos que, con algo de suerte, intentaré publicar en breve. De momento, me gustaría agradecer a Elwin por los comentarios que recién ahora descubro, en los cuales expresaba su preocupación por mi ausencia (aquí y en las conversaciones de su blog...). No se me ocurrió que la falta de publicaciones podría llegar a ser alarmante, ¡así que mil disculpas!
Pero bueno, aquí estamos... y como el reloj sigue apremiando se impone una entrada livianita. En fin...
La semana pasada terminó la cuarta temporada de Juego de Tronos. Mentiría si dijera que no me hizo sufrir. Es inevitable, están transitando el camino de la adaptación a la versión libre cada vez con más celeridad. La única forma de disfrutar este producto, siendo un lector de la saga, es teniendo esa premisa en claro, y tratando de separar la historia escrita de la televisiva. Mi receta es considerarlas desarrollos paralelos que, eventualmente, van a coincidir. Lo que no me inmuniza, obviamente, frente al disgusto que pueda causarme ver que alguno de mis personajes favoritos es maltratado. Con esto del maltrato quiero decir que, en ocasiones, los cambios llegan a traicionar rasgos esenciales de determinados caracteres (o, por lo menos, que me resultan esenciales en mi propia definición de tal o cual).

¿Qué puedo decir? En general, percibo una dulcificación generalizada de los personajes (salvo en el caso de Jaime, donde, ay de mí, se han empeñado en hacerlo quedar como un hombre abusador..., pero no voy a hablar de eso, no, no, no...). Como diría una amiga mía, la serie es la versión "Cajita Feliz McDonalds" de la obra martiniana. La gente es más buena, más sencilla, menos embromada que en el libro. Cersei mueve a compasión, cuando al leer uno tenía ganas de estrangularla. Tyrion no parece haber entrado en su espiral de oscuridad: al no haberse desarrollado la historia de Tysha y la participación de Jaime en ese engaño, mi amigo el enano no tiene motivos para enojarse mortalmente con su hermano, y se ha separado de él en los mejores términos. Y ni hablemos de la dupla de Norteños Malandras. Agradezco que no me hayan transformado a Psico-Ramsay en un woobie... pero lo dejaron unos poco metros antes de eso. Si hasta simpático parece... ¡Si hasta tiene novia, justamente él, que ya sabemos lo despreciable y monstruoso que siempre fue con las mujeres! Es decir, quedó en muchachito un tanto loquillo - al que de vez en cuando se le va la mano con los experimentos psicofísicos de dominación - que quiere a su pá y busca su aceptación. Trago en seco, pero no me quejo.
Su padre... ah, bueno... hubo un momento, durante la escena en que le muestra al hijo lo que será su herencia, y le entrega los papeles de legitimación, en que pensé que iban a terminar dándose un abrazo. Eso sí que hubiera estado fuera de canon. Todo Roose está ligeramente fuera de canon. No, no me quejo... para nada me quejo, déjenlo así, de todas las modificaciones que han hecho para la serie es la que más me convence. Me explico: este Lord Bolton tiene sentimientos y nos damos cuenta de ello. Los esconde, sí, los maneja a la perfección, pero los vemos. El del libro, por lo menos a mí, siempre me deja con la duda... es mucho más circunspecto. Ese sí que no sonríe...

Todo este cambio me tiene cruzando los dedos por el asunto... imagínense cuál es. El único crimen malándrico que no puedo ni quiero pasar por alto. Sí, ese asunto, la cuestión de la molinera. En el libro, Ramsay es producto de una violación: Roose descubre que su molinero ha contraído nupcias sin permiso y ha obviado, de esa manera, el ius primae noctis que, según las antiguas costumbres, aún rige en el norte. Hay una frase inolvidable del Lord Sanguijuela literario: "No me hagas arrepentir del día en que violé a tu madre"... frase de la cual me encantaría poder olvidarme en la versión televisiva. Sí, ya sé, miénteme que me gusta. Pero como dije antes, prefiero tomarme las dos historias como paralelas... Y si en la adaptación para la pantalla deciden hacer de cuenta que a la molinera le movía el piso el patrón, y que, gustosamente, lo dejó escabullirse bajo sus faldas un par de veces... los perdono... *mira para otro lado y pone carita de "yo-no-fui"*
Y hablando de norteños, ustedes se estarán preguntando cuándo vamos a hablar de lo que reza el título. Es así, nomás... me encantaría que le dieran un reconocimiento a Alfie Allen por la magnífica tarea que hizo interpretando a Theon Greyjoy - Hediondo esta temporada. El muchacho se pasó, "la bordó" como dicen en España. Estuvo magnífico, y aquí van mis razones.
Es probable que recuerden que, en la tercera temporada, me la pasé despotricando contra las escenas de tortura del pobre Theon. Esa apreciación no ha variado en absoluto, sigo considerando que tanto tormento explícito y en pantalla es innecesario. Hay formas mucho más sutiles y, por lo tanto, más perturbadoras, de hacer referencia a ese tipo de cuestiones. Pero ya sabemos que esta serie apuesta a las emociones fuertes, no a las sutilezas y a los figurados.
En esta temporada, nos tocaba ver el resultado del "experimento" llevado adelante por Ramsay, el Monstruo Menor. Ya no hablamos de Theon, sino de Hediondo. En la versión literaria, Martin hacía patente ese cambio desde el deterioro físico: un hombre extremadamente delgado, lleno de cicatrices, encorvado y tempranamente encanecido, al cual le faltan dientes, etc. Era bastante comprensible que, al traspasarlo a la versión televisiva, fueran necesarios ciertos cambios y adaptaciones...

Pues bien, en este caso, la transformación no se ha debido tanto al talento de maquilladores, vestuaristas o técnicos en prótesis, sino que el mérito se lo lleva, para mí, el genio actoral de Alfie Allen. Toda la génesis y aparición de Hediondo está dada desde la manera en que este gran intérprete hace carne en su propio físico la degradación inhumana del personaje.
Son un conjunto de factores, entre los que yo destacaría: la mirada huidiza, de animal acorralado y acostumbrado a los golpes - la sensación de "cosa rota" que Alfie le imprime a su cuerpo, al caminar encorvado y vacilante - el estremecimiento permanente que percibimos en él cuando Ramsay le habla - la renguera e inseguridad con la cual se desplaza. La verdad, me ha parecido impresionante.
Pero creo que donde más vemos la calidad del actor es en la forma en que se expresa con los ojos. Se hace patente, por ejemplo, en la escena del rasurado cuando, para demostrarle a su padre cuán efectivo ha resultado su tratamiento del prisionero, Ramsay deja que Hediondo lo afeite. En el proceso, le cuenta lo sucedido durante la Boda Roja. Allí percibimos un torrente de emociones atravesando la mirada de Alfie: la pena, el odio, la indignación, la impotencia, todo entremezclado de una manera que ablandaba el corazón del expectador más duro. Eso, sumado al levísimo temblor de la mano que sostenía la navaja de barbero... Impagable. Creo que ese fragmento, más la escena de la bañera, más el momento en que casi se quiebra durante la misión a Foso Cailin, serían pruebas suficientes para hacer de este joven intérprete merecedor de alguna mención en las premiaciones del sector.
Pero ya sabemos cuán injusta es esta industria... lo único que espero es que la carrera de Alfie despegue definitivamente con este personaje, y pronto lo veamos actuando en otros roles dignos de su calidad.
Seh, ya sé que me van a decir que soy muy parcial, que le presto atención porque es una criatura del arco boltoniano, que hay muchos otros actores en la serie tanto o mejores que él. Pero una cosa no quita la otra, yo no digo que los demás sean peores, solamente postulo que este artista es meritorio y me gustaría que se lo reconociera.
Y ahora me voy a seguir cumpliendo con mis deberes familiares... ¡Espero no volver a perderme por dos meses! Gracias por la paciencia, y seguimos aquí...

domingo, 6 de abril de 2014

"We don't need another woobie": problemas y dilemas de una Boltongirl confesa

¡Y llegó el gran día! Esta noche comienza la cuarta temporada de Juego de Tronos y, esta vez, merced al fanatismo de Santo Varón podremos verla en directo y en pantalla (más) grande (que antes). Sé que el año pasado, a estas alturas, habíamos armado mucha más bulla... tal vez porque estábamos entusiasmadísimas las shipperas del Jaienne: se nos venían encima los mejores momentos de nuestra querida dupla. Después... la serie no siempre nos dejó conformes. Y como dice el saber popular, "quien se quema con leche, ve una vaca y llora...", es comprensible que nos lo estemos tomando con más calma.
Relativamente... esta vez voy a tener que vérmelas con doble chonguerío en la misma serie, y el gallinero interno está alborotadísimo.
Por suerte, vamos de a poco. Esta noche vuelve "el chico de la bici", calzándose de nuevo la armadura y con mucho menos pelo.

Y sí, ya sé que a veces parece que te tengo en el olvido, precioso... pero nunca, nunca, nunca... ah, el bello león... Fuente: http://nightlyallaround.tumblr.com


Pero mi fetichismo con el vello facial tendrá nuevamente su alimento, parece ser, la semana que viene (no desesperes, Guivi, en unos días vuelve tu debilidad más culpógena...)

Es decir... Fuente: loveyourcrookedneighbour.tumblr.com


Bien, voy a aprovechar la oportunidad para ventilar un par de cuestiones que me están haciendo ruido acerca de esa familia tan normal en la cual ha recaído la Guardia del Norte, es decir, los Bolton.
Otra vez, la responsabilidad de todo la tiene Tumblr. Por ese medio se han ventilado las teorías y opiniones más descabelladas o trasnochadas que se nos puedan ocurrir.
Empezando por Ramsay Bolton. Personaje siniestro, si los hay, eso es indudable. Sin embargo, la versión televisiva no nos muestra toda la maldad profunda del hijo ilegítimo de Fuerte Terror. Hasta ahora, sabemos que es un sádico no exento de gracia, que se ha ensañado cruelmente con Theon Greyjoy, cosa que más de uno le "perdona" dado que el joven kraken había sido el primero en traicionar a Robb Stark. Nos lo muestran afecto a las bromas crueles, y con un sentido del humor como mínimo perverso... pero nada más.

Hmmmm, vamos a tener montones de problemas con esta criatura... y ya voy entendiendo por qué... foto: http://themindofshmell.tumblr.com/

¿Qué se guardan? Los lectores sabemos que Ramsay, además, es un violador serial. Que le gusta salir a perseguir mujeres, que luego las somete a todo tipo de vejaciones y torturas hasta, finalmente, matarlas. Que le pone a sus perras de caza el nombre de sus víctimas. Sabemos, además, que obligó por interés a Lady Hornwood a casarse con él y que, luego de consumar el matrimonio, la encerró en una torre para que muriera de hambre.
Lindo nene... Sabemos también que su propio padre se debe encargar de refrenarlo, de hacerle ver que el respeto no es solamente consecuencia del miedo, y que hacer gala de demasiada crueldad terminará por soliviantar el ánimo de sus subalternos.
Sin embargo... hace un tiempito, la HBO dio a conocer un corto llamado "Bastardos de Poniente", en el cual se ahondaba, entre otras cosas, en la relación de Ramsay con Roose Bolton. De este material podemos inferir el sentido que pretende tomar la versión televisiva de la saga. Parece ser que harán hincapié en los esfuerzos del pequeño B por agradar a su padre, por tratar de llamar su atención y ser merecedor de su reconocimiento y de su afecto. Es probable que nos planteen que todos los excesos del jovencito son, simplemente, consecuencia de la falta de consideración con que su progenitor lo ha tratado desde siempre. Paralelamente, las pocas escenas que nos han adelantado de este dúo nos muestran a un Roose claramente desilusionado con el accionar de su hijo bastardo, al cual no sólo desaprueba sino que abiertamente desprecia. Y las expresiones faciales de Iwan Rheon (el genial intérprete de Ramsay) evidencian que el vástago acusa fatalmente el golpe...

Y que alguien lo diga... parecen padre e hijo de verdad... Fuente: http://estellaes.tumblr.com


Alguien en Tumblr hipotetizaba que todo estaba limpiamente planeado: primero, buscar un artista medianamente carilindo para interpretar a Ramsay, como para que las fangirls se interesaran en él... y después, mostrarlo como un pobre niño que internamente sufre por la falta de amor de su papá, y que sólo vive para escuchar de labios de aquel un "bien hecho, hijo mío..." que, es evidente, no llegará nunca. Es decir, todo está preparado para la woobieficación de Bolton menor. Inclusive eso es lo que trasluce la opinión de Michael McElhatton sobre el particular, en alguna entrevista que se le ha hecho...

Y así nos enteramos que este caballero es el padrino de todas las RamsayGirls... (esos-ojos-van-a-matarme...). Ay chicas, quédense con el hijo... para mí no hay como el papá...  Fuente: anlonelyheart.tumblr.com


Me horrorizo. Sí, y no es por pacata, ni por apegada al libro, ni por nada que se le parezca. Me molesta muchísimo que no se respete la esencia del personaje. Ramsay es un psicópata, lo que en nuestra época llamaríamos un asesino serial, un tipo enfermo que seguramente no iría a la cárcel sino a un hospital psiquiátrico. Y está bien que así sea, le aporta variedad a la trama. No es necesario que todos los villanos hayan tenido una infancia difícil, o sean hijos ilegítimos o adoptados, o la primera novia no los haya querido bien, o hayan sido objeto de bullying en la escuela. Algunos villanos lo serán por esas causas, otros no. Y está bueno eso... como en la vida misma, no todas las personas somos iguales o reaccionamos de la misma manera ante situaciones parecidas. Que hubiera este tipo de "malos" es algo que beneficia a la verosimilitud de la trama.
Y si es por las fangirls, no preocuparse. Vamos, aceptémoslo de una buena vez. Muchas veces morimos de amor por el más malo de todos. Y como ya lo he repetido hasta el cansancio, es el ámbito de la ficción, no estamos buscando marido, ¡por favor! Sí, pierdo el sueño por un traidor, me derrite la voz de un tipo que ha matado a su rey a sangre fría, un hombre calculador y que es capaz hasta de jugar con los miedos de un pobre herido (escena de Lord Trollton con el manco Lannister recién llegado a Harrenhall). ¡Y ME LA BANCO! Lo reconozco y me hago cargo. Las fans del Ramsay que le debemos a Iwan se la bancarán igual que yo, no me cabe duda. No hace falta transformarlo en un woobie para eso... ya tenemos muchos en nuestra colección.

Otra faceta de la historia que me preocupa se vincula con Walda. Tenemos una sola toma de lo que veremos de ella en esta temporada y, sinceramente, la expresión de esta jovencita es de una tristeza tan profunda que me conmueve. Otra vez, las opiniones están desatadas. ¿Cómo va a tratar Lord B a su nueva mujer? El fandom roosero ama a esa pareja, aún a riesgo de romantizar abiertamente lo que, por lo menos en principio, es una unión por interés. Pero... están las cartas de la chica Frey a su marido en Harrenhall (cosa que en la serie no existe...), instándolo a que regrese a ella lo antes posible, ya que no desea otra cosa que darle un heredero legítimo... están los comentarios de Roose a Theon Greyjoy, acerca de lo apegado que se siente a su nueva esposa... material suficiente para que a los escritores de fic se les vuele la cabeza...
Por contrapartida nos ofrecen esa expresión tan apenada, tan oscura... da pabilo a miles de conjeturas.

Mi gorda bella... ¿qué te cuesta sacarle una sonrisa, Roose? Fuente: dornelions.tumblr.com


Como, por ejemplo, el comentario de alguno de aquellos que ha podido ver los cuatro primeros capítulos de manera anticipada, según el cual a Walda se le ilumina el rostro cuando conoce a su hijastro. WTF????????????? Ustedes imagínense, nomás, mi cara de susto: apenas recuperada del nefasto desenlace del Charloe, shippeo en el cual la fémina termina liándose con el hijo del galán, me vienen con este tipo de especulaciones. No, si ya me hacía toda la película mental: Roose hecho un cromagnon con su esposa, despreciando al hijo a diestra y siniestra; el hijo, decidiendo vengarse del padre en la persona de su madrastra; Walda, perdidamente enamorada del hijo de su marido. Perdón, es demasiado para mi estómago, así que, gente de la HBO, POR FAVOR, NO. Ahí tienen material para lograr un personaje altamente resiliente: la chica gorda, siempre despreciada, que hace un buen matrimonio y logra sacar lo mejor de una situación aparentemente negra... ¡no lo desperdicien!

En fin... menos mal que siempre nos quedará el mundo del fanfiction para hacer catarsis y reparar los desaguisados de los guionistas... y ya veremos si don Georgie no nos da una sorpresita cuando de una vez por todas publique su siguiente novela...
Por ahora, mejor prepararse para disfrutar el regreso de mis rubios de cabecera.

PD:
Dialoguito ocurrido vía tumblr...

Neo BoltonGirl: "¿Estará muy mal calentarse con los muchachos Bolton?"
Guivi: "Oh querida, explicame ¿cómo podría estar mal eso? *Le da un gran abrazo virtual*"

Qué lindo es reconfortar a la gente... :)

sábado, 29 de marzo de 2014

Revolution 2x17: "Why We Fight". El intento fallido por encontrar una moralidad válida...

Pido disculpas por la desaparición, no sólo de este blog (sé que tengo varios comentarios sin responder, eso es una falta de educación que pretendo subsanar en breve...) sino de los blogs amigos (también tengo pendientes algunas lecturas y, en otros casos, las mismas están hechas pero no he comentado, y sé que debería hacerlo...). Un poco es vagancia, otro poco es estar ocupada en otras cuestiones y, al momento de sentarme a la máquina, no tener resto para pensar una respuesta decente, y otro poco es andar distraída mirando vestidos de novia, joyería steampunk, hadas un tanto bizarras y gatitos. Además, claro, del no muy extenso ratito al día que le dedico a la coadministración de la página de FB de este señor y del morocho con machete.
Pero, a decir verdad, nada de eso es excusa para haber tenido durmiendo en el ordenador el capítulo 17 de la segunda temporada de Revolution durante más de una semana. Recién ayer, viernes, lo miré. Tenía muchísimo desgano... poco entusiasmo. Eso sí, lo positivo del caso es que comprobé que mis neuronas todavía funcionan lo suficiente como para no sentarme a ver una serie solamente por mirar un lindo muchacho. Sí, Miles Matheson me fascina, Billy Burke es una preciosidad de hombre y se merece el tema de Shakira, pero eso sólo no me alcanza para engancharme con un programa. Salud, nerdy girl sigue viva...
En fin... veamos qué nos dejó Why We Fight...
En general, el sabor de boca que me quedó es un tanto amargo. Tuve la sensación que todos los personajes trataban de justificarse desde una moral que, reiteradamente, se les quedaba corta. Sigo sin saber qué quieren transmitir los directores del show, y cada vez me dá más la impresión que no quieren transmitir... nada. Pues eso, vamos a ir haciendo un punteo, pero no esperen mucho. Si los responsables de Revolution no se han esmerado, menos podré hacerlo yo, que no paso de comentarista aficionada.

1) Me faltó Aaron. Claro, no cuadraba en este episodio. Él es el único que tiene un código ético lo suficientemente claro y estable como para tener muy delineado el porqué de su lucha. Y se sintió su ausencia.

2) Los guionistas son los maestros del doble estándar. Por un lado, los rasgos del carácter de los protagonistas son "herencia": caso de Bass Monroe que, después del combate, mira fascinado a su hijo, como reconociéndose en sus dotes de guerrero. De tal palo, tal chichón... Pero, por el otro, los errores de los hijos son producto de la "mala educación" a que han sido sometidos: Rachel lamentándose que Charlie se haya transformado en un soldado de sangre fría, pero entendiendo que sólo ha sido el resultado del ejemplo que Miles y ella le han proporcionado. Estem, me confundí. ¿En qué quedamos? ¿Será una combinación de factores? Qué quieren que les diga, tal vez sea mi formación en ciencias sociales, pero no me convence la explicación genética para las tendencias morales de las personas...

3) ¿Por qué lucha Bass Monroe? Por recuperar su sueño de megalómano, eso está claro. Pero ahora tiene la semilla del ejército que quería: Duncan ha sido asesinada por los patriotas, y el remanente de sus mercenarios ve en el ex-dictador un líder que puede darle sentido a sus vidas. La pregunta es... ¿seguirá creyendo Bass que su modelo de organización social es preferible al que pretenden imponer los patriotas? Entonces... ¿las dos únicas opciones son dos versiones diferentes de tiranía? A ver, me encanta Monroe, es un loquito adorable y, si nos ponemos a ver, su régimen parecía más honesto que el de los patriotas. Pero vamos, no dejaba de ser una porquería. ¿De dos males, el menor? Qué dilema... (ésta y todas las fotos pertenecen a www.screencaped.net)

4) Charlie lucha, aunque sabe que es de gusto, nomás. La nena ya se ha dado por perdida, siente que la suya es una causa que no va a prosperar, pero no va a dejarse matar sin dar batalla. Bien por ella, pero... ¿dónde la está llevando esta guerra a ciegas? Ya no tenemos a la chica que se interponía entre su tío y el "enemigo" para evitar una masacre innecesaria. Esta Charlie parece no conocer la piedad. ¿Evolución lógica del personaje? No estoy segura... para mí su modelo era el de la heroína compasiva. Ah, no, claro, las heroínas compasivas en este show terminan muertas...

5) A Rachel le remuerde la conciencia, y tal vez por eso no duda en poner a su hija frente a la realidad de la brutalidad con la cual se está conduciendo. ¿Hasta qué punto tiene autoridad moral para decirle algo? Es la madre... se ha mandado macanas en colores, que le han costado, como ella misma dijo, hasta la cordura. Pero, por más que esté arrepentida y se quiera redimir, ¿merece ser ella quien le ponga los puntos sobre las íes a Charlie? No sabría decirte...

6) Gene... ¡ay, Gene! Intenta volver a manejarse con algo parecido a un código ético, y nadie le perdona sus errores del pasado. Yo lo noto sincero, por alguna razón este personaje tiene toda mi empatía. ¿Por qué él sí y otros no? Desconozco las causas, pero me parece que merece que le demos otra oportunidad de hacer las cosas bien. Al cabo, a gente como Rachel y Miles se las estamos dando... ¿por qué al abuelo Porter no?

7) Llámenme parcial, pero en uno de los pocos en que noto sinceridad absoluta es en mi negro. ¿Por quién pelea? Sí, por Rachel y por Charlie... Pero también porque es la única manera en que puede exorcizar sus propios fantasmas. Porque, como él mismo declara, está viendo cómo se repite la historia. Todo lo que se hace es, supuestamente, por salvar lo bueno, por mantener una suerte de sociedad estable. Esto mi General ya lo vivió: intentó ser la salvaguarda de la "buena gente" y terminó convirtiéndose en el Carnicero de Baltimore. Él no quiere volver a descender a sus propios infiernos, pero está compelido a hacerlo. Esa es la clave de su desasosiego, la razón de la tristeza permanente en esos ojos tan hermosos. Si, negro, te quiero. Qué le vamos a hacer. Sos una bestia, pero estás más allá de todas mis objeciones.

Y ahora????? Ahora, entramos de receso... aunque, si todo sale bien, para el 2 de abril tenemos el capítulo 18... lástima que no lo esté esperando con la ansiedad de antes... En fin, no hay nada que hacerle. Voy a seguir haciendo mis comentarios sobre el tema, seguro... voy a seguir mirando el programa hasta el final, por testaruda y porque necesito saber adónde pretenden llegar con este barco... Una pena, tanto potencial desperdiciado, no sólo en cuanto a ideas sino también en el terreno de lo actoral. Tienen a su disposición un elenco de lujo, que les actúa bien hasta las ideas más falentes... y nada.

Ea, a esperar... que en pocos días arranca la cuarta temporada de Juego de Tronos y tengo pendiente el artículo sobre la whoobieficación de cierto hijo ilegítimo, mis temores acerca de su madrastra y la perversa apostura de su progenitor.



sábado, 15 de marzo de 2014

Revolution 2x16 "Exposition Boulevard". Un viaje a la matriz del espanto.

Ya no sé qué me pasa con esta serie. Debo estar transitando una crisis. Antes contaba los días que faltaban para el nuevo episodio. Esta vez, lo tuve durmiendo casi 24 horas en el ordenador antes de decidirme a mirarlo...
Una pena, porque las ideas que se manejan son buenas. Los actores, son solventes. No tiene graves falencias por ese lado. Pero la trama... no sé, a riesgo de ser hipercrítica, le encuentro agujeros por todos lados. A veces pienso que los guionistas, productores, o en general los responsables del show, no se la han jugado, que han tenido una gran lucidez al plantear toda la trama pero que, al llegar el momento álgido de tomar posición y decir cosas política o socialmente comprometidas, les ha entrado "el julepe" y se han echado atrás. Repito, una pena...

Veamos, por ejemplo, el caso de los patriotas. En este episodio me respondieron mi duda de final de temporada anterior: Sr. Presidente no fue votado por nadie. Era el Secretario de Estado del último mandatario constitucional, que había fallecido al caer su avión. Luego de "encargarse" del Vicepresidente este personaje había asumido el mando, se ve que merced al equivalente americano de la Ley de Acefalía, refugiándose en Guantánamo con todos los miembros del Gabinete que pensaban como él.

Los "patriotas" llegando a Cuba, no precisamente a bailar Guantanamera... la foto, como todas las de esta entrada, pertenece a screencapped.net


Este "pensaban como él" no es ocioso, y podría dar lugar a una toma de posiciones profunda y comprometida por parte de los guionistas... pero ya les he perdido la fe. Veamos: esta facción parece representar a aquella porción de los norteamericanos claramente alineada con la derecha (que en todo país moderno la hay, y en ciertas ocasiones, muy ruidosa y poderosa); un sector social que lamenta lo que, en su particular visión, considera la pérdida de rumbo de su país, el desvanecimiento del ser nacional, la escalada de valores disgregatorios de la familia, el orden, las buenas costumbres, etc. Pienso que hay que ser políticamente muy claro para llevar, en una ficción, este planteo hasta sus últimas consecuencias. Y opino así porque supongo que no es pequeña la porción de la ciudadanía norteamericana que podría llegar a sentirse incómoda frente a semejante planteo. Ya deben haber acusado el golpe cuando veían que su bandera se transformaba, en el escenario de la serie, en un símbolo de opresión. Ahora bien, desnudar la trama de corruptela interna del Estado, y de los intereses creados que, llegado el caso, no dudarían en cargarse al setenta por ciento de la población con tal de reflotar lo que ellos consideran una idea correcta de comunidad política... alamaula, te quiero ver. Ahí tendrían que bancársela, los productores y directores. Sobre todo teniendo en cuenta que están llevando a cabo un producto que, mayormente, busca entretener, no crear polémica. Por eso no me juego a que gusten desarrollar esa trama... que, por cierto, yo hallaría medulosísima.

Por otro lado, para ser un programa pasatista, recurre bastante al tema de los dilemas morales. Volvemos sobre la cuestión del bien y del mal. Retomamos el hilo del "hasta dónde...". ¿Hasta dónde los principios deben ser inamovibles? ¿Hasta dónde estamos dispuestos a cometer un acto reprobable en aras de un bien mayor? ¿Hasta dónde ese bien mayor continúa siéndolo, dada la sumatoria de atrocidades que debemos pasar para alcanzarlo?

Tenemos a Bass, que representa la filosofía de "el fin justifica los medios". Ahora bien, vale preguntarse, como de hecho lo hace Miles cuando lo increpa al respecto, cuáles son esos fines. ¿Para qué lucha Monroe contra los patriotas? No es por venganza por lo ocurrido con Filadelfia; puede ser por defender a su hijo, sí, hasta cierto punto... porque les sería mucho mejor, en ese caso, desaparecer del mapa, por ejemplo... Pero no, como bien señala Matheson, su amigo de toda la vida lucha por el restablecimiento de la República de Monroe. Ya lo sabíamos, era lo que Bass le había ofrecido a Connor a la hora de convencerlo para que lo siguiera.

¿Y por qué lucha mi negro? Caramba, ni él lo sabe... o a lo mejor lo sabe demasiado bien, pero él mismo quiere negárselo. Miles ha emprendido un camino de redención que lo lleva a renegar de todos sus instintos básicos. Como bien se da cuenta Monroe, no puede ser que lo único que quiera sea conseguir la paz necesaria para "jugar a la casita con sus dos mujeres". Hay un pasado que el General Matheson quiere olvidar, que necesita superar, pero... ahí, en el fondo, el Carnicero de Baltimore se rebela. Qué tremendo es eso... ¿cuál es el lugar de los guerreros en una sociedad pacífica? ¿Dónde ponemos a los veteranos cuando la guerra terminó? Esas son preguntas viejas como la historia de la Humanidad... ¿cómo volvemos a vivir en paz cuando toda nuestra existencia nos han preparado para el combate? Esa es una de las cuestiones filosóficas que más profundamente me han calado, desde siempre. Me encantaría que en esta serie lo pudieran desarrollar, pero sin caer en falsas dualidades y sin abusar de los lugares comunes. Pido demasiado, ya lo sé.

Otras perlitas del episodio:

  • Charlie y Connor son pareja: eso pasó del revolcón a algo más estable. Es gracioso que sea Bass quien se lo haga notar a la chica, con un sarcástico: "finalmente elegiste a un Monroe". Faltó que señalara: "pero es el Monroe equivocado". Ajjjjj... esas salidas del guión son deplorables.

  • Rachel está cansada de ser "la inteligente de la brigada". Considera que la inteligencia la ha llevado a cometer los peores errores de su vida: crear las nano, reactivar la electricidad sólo para que Randall Flynn pudiera lanzar su ataque nuclear, etc. Por una vez, dice que prefiere hacer lo correcto antes que lo astuto. Grave error, rubia,  hay una sola cosa más peligrosa que la inteligencia sin bondad: la bondad estúpida. Cabeza y corazón pueden ir de la mano, lo que pasa es que el equilibrio es difícil de mantener, más todavía en las situaciones en que se encuentra esta gente. Pero nunca, nunca, nunca, reniegues de esa lucidez mental que el Tata te ha dado, Rach...
Qué cabello hermoso que tiene esta mujer... bah, qué hermosa es toda ella, madre mía...
  • Miles asumiendo el rol humanista: en la guerra no se puede hacer lo correcto... simplemente porque la guerra no es correcta. De modo que, en fin, estamos peleando... es inevitable el daño colateral. No sé si conmoverme o considerarlo un tremendo cínico...
Ah, mi general, yo no sé adónde van a llevarme mis sentimientos, si usted me mira con esos ojitos... ;)


En fin, para ser sincera, prefiero no abundar, porque no tengo nada más relativamente interesante como para opinar. Pasaron muchas otras cosas en el episodio, pero es preferible que cada quien las vea y, en todo caso, me deje un comentario con sus impresiones... así lo seguimos charlando.-
Y gracias, gracias totales, por seguir ahí. Últimamente sólo comento Revolution porque sé que ustedes pueden estar esperando el artículo. Y nada más por eso, se merecen mi mejor esfuerzo...!

lunes, 10 de marzo de 2014

Las Bolton Girls salen del closet (entrada MUY catártica)

Estoy escribiendo en emoción violenta, y decía Borges que eso no vale. Pero como mis textos son los que no valen ni el polvillo que se juntaba en las pantuflas del Maestro Jorge Luis, no importa. Ahí les voy, Abdul.
Tumblr es un hervidero. Tumblr explota. Hace poco menos de un mes, las Bolton Girls aparecen como hongos después de una lluvia. Yo misma creo que soy apenas un tiempito anterior a la eclosión generalizada, lo mío arrancó allá por agosto. Pero esto último empezó cuando supimos que Lord Malandra venía barbado, y alcanzó cotas catastróficas entre la noche del domingo y hoy. Con qué migajas nos conformamos las fans, apenas dos o tres miserables segundos de un trailer, que nos muestran a Roose caminando como una fanfarrón, con esa expresión de "se les terminó la jarana, acá llegó el Guardián del Norte a ponerles coto" - ay, dale, papi... a ver cómo me vas a poner límite... perdón, menos mal que aclaré que venía en emoción violenta - y a su hijito Ramsay que ha decidido imitarlo y perder la afeitadora. Lo que son las cosas. Hasta hace unos meses, subías una foto de McElhatton y ya sabías quiénes te iban a dar "me gusta". Nos contábamos entre nosotras. El útlimo gifset con ambos Bolton alcanzó casi 2000 menciones en menos de 24 horas (perdón, corrijo, acaba de rebasar las 2200). Esto es una epidemia.

Del tumblr de Boltonblood


Pasan cosas bizarras y divertidas en esa realidad paralela del Tumblr. Por ejemplo, una muchacha que escribe, desesperada, algo así como: "¡Socorro, anoche tuve un sueño erótico con Lord Bolton! ¡Qué alguien me ayude!" -relajate y disfrutalo... - u otra que pregunta algo estilo "¿Soy la única que opina que Lord Roose está fuertísimo?" - no, hijita... bienvenida a mi mundo. Qué satisfacción se siente cuando uno cae en cuenta que no está solo en su locura. Será que nadie quiere hundirse en soledad, jeje...

Pero hubo un comentario que me dejó pensando un rato. Alguien decía sentir pena por esa parte decente del fandom que, inesperadamente, estaba sufriendo la lujuria boltoniana. Parte decente del fandom... ¿alguien me aclara cuál es? Porque si tiene que ver con fangirlear con los "buenos y decentes libres de toda mácula", creo que serían muy pocos. Ned, Robb Stark, Jon Nieve, Ser Barristan, Sam... no sé si Bran tiene fangirls, ¡es muy chiquito para eso! Y pará de contar. Incluso dudo si Jon todavía cuadra en ésto, es un personaje demasiado complejo, con demasiadas opciones tomadas sobre sus hombros para que quede alguien que opine, concluída Danza de Dragones, que es inmaculado. Todos los demás tienen su lado oscuro. Ser Jorah, huido por esclavista. Jaime, ni hablar, incestuoso y culpable de intento de infanticidio, además de cómplice en el asunto de Tysha, etc... ¿Será "decente" el fangirleo con Stannis, quien carga sobre sus espaldas el dar cabida a un culto fanático que manda a la hoguera a sus infieles? Me parece menos problemático, en todo caso, su mano Davos... Khal Drogo y sus dothraki también tienen su costado salvaje, sobre todo si tenemos en cuenta cómo trataban a las mujeres en las ciudades derrotadas. En fin, no me voy a arriesgar a intentar ser exhaustiva, porque siempre algo me va a faltar. Tampoco estoy emitiendo juicio. No quiero decir que equis o ye personaje sea moralmente mejor o peor que otro. Tampoco estoy queriendo limpiar la imagen de mi malandroso amor por el expediente de compararlo con los demás y demostrar que, quien más, quien menos, todos son castaños tirando a oscuros. Lord Bolton está medio paso antes del negro, eso le tengo muy claro... y así me gusta, así me puede, no te redimas nunca, corazón.

Ese momento incómodo en el cual te das cuenta que, mientras la mitad de tu cerebro clama "¡Te odio, maldito monstruo, ojalá tengas una mala muerte!", la otra mitad no puede evitar apercibirse de cuán sexy resulta esa mirada de villano... Fuente: el tumblr de insidethedread


¿A qué voy? No sé si me gusta esto de hablar de partes decentes/indecentes de un fandom. Estamos en territorio de la fantasía. ¿Cuál es el inconveniente de chonguear a un personaje oscuro? Yo nunca me hubiera buscado un marido como Roose, ni siquiera como el ya muy redimido General Matheson (sí, estoy mezclando fandoms, pero es el mejor ejemplo de lo que quiero significar). Lo maravilloso de la ficción es que nos da permiso para animarnos a todo aquello que, en el mundo "real", tenemos reprimido. Una mujer romántica y comprometida como considero que soy puede darse cuenta que, en este nivel, le resulta totalmente factible separar el amor de la atracción sexual, cosa que en su vida fáctica siempre le resultó imposible de concebir.

O sea, mi mensaje a la "parte decente" del fandom: si de pronto te sorprendes imaginando que algún Bolton (padre o hijo, eso es cosa de cada uno) te pega tremenda apretada contra una pared... no te preocupes, en la guerra, en el amor y en el mundo del fanfiction todo está permitido. Así como "lo que pasa en Las Vegas se queda en Las Vegas", lo que ocurre en Tumblr se queda en Tumblr.


A otra cosa, mariposa (aunque siguiendo con los Norteños Malandras)

Más allá del afiebramiento femenino, hay mucho interés en las andanzas que estos muchachos protagonizarán en la cuarta temporada. Mucho me temo que gran parte del mismo tenga que ver con el Thramsay, es decir, con la relación establecida entre Ramsay y su "mascota" Hediondo. Siguiendo en mi tren de no emitir juicio, solamente voy a puntualizar que, la verdad, a mí ver más torturas sobre el pobre de Theon no me interesa. De hecho, tampoco me llamó la atención en la temporada anterior. Será que tengo esa posición tan tajante tomada respecto del tormento físico y demás... qué se yo.
Lo que sí sé es qué quiero ver sobre esta familia tan normal.
Mucho Roose, eso ya es obvio, pero más allá del hecho meramente fangirl. A mí muéstrenme la profundidad del personaje, sus conversaciones con el hijito, la manera en que le pone un freno: Ramsay tiene mucho de su padre, pero también se le diferencia en un montón de cosas, y eso me gustaría que lo puntualizaran. Soy una fanática de los lazos familiares, me encantaría ver cómo se perfila en pantalla este vínculo tan extraño, tan patológico en algunos puntos.
Y, como paralelo, que nos digan algo de Domeric. ¿Cómo hubieran sido las cosas en el Norte si el legítimo heredero de Fuerte Terror no hubiera fallecido? ¿Nos mostrarán las sospechas de Roose, ese dolor profundamente oculto que le genera el estar íntimamente convencido que uno de sus hijos, el menos querido, es el culpable de la muerte de aquel en el cual tenía depositada sus esperanzas primigenias? Hay una charla que tiene con Theon, en Danza de Dragones, donde tenemos acceso a toda esa interioridad... en la medida en que nos es posible espiar los pensamientos de un tipo tan hermético.
Y, por supuesto... Walda. ¿Cómo nos va a faltar? Ya sabemos que está casteada, pero no tenemos más que esa certeza... ¿será que nos van a dar la parte galante de Roose? Sí, fue un matrimonio por conveniencia, eso está claro... Pero él le confiesa a Theon que se ha encariñado con su "gordita" y que está maravillado porque ella le "responde" en la intimidad de una manera en que no lo había hecho ninguna de sus dos esposas anteriores.
Bueno, ahí sí que al fandom se le volaría la cabeza...

En fin... eso era todo. Catarsis, que le llaman... necesito al General.



sábado, 8 de marzo de 2014

Revolution 2x15: Dreamcatcher. Un viaje por la Pittmanósfera

Hace poco, cuando lo entrevistaron acerca de lo que iba a ocurrir en este episodio, nuestro querido Billy Burke dijo que, al leer el guión, se había preguntado algo así como: "Pero... ¿seguro que estamos haciendo el mismo programa?" Y es verdad, el capítulo de esta semana constituye plenamente una incursión en la realidad virtual: es un viaje a la mente de Aaron Pittman.
Me pareció plenamente disfrutable porque vino a refrescar un poco una trama que se estaba poniendo un tanto pesada, a mi parecer. No quiero ser chocante, pero que Tom solamente apareciera en el anuncio de su compañía de seguros fue un auténtico alivio: su línea argumental es una de las que se ha vuelto más lenta.

Tal como podíamos sospecharlo de las últimas imágenes del anterior, este episodio tuvo la forma de un sueño de Aaron. Y si bien han echado mano de un recurso harto común en el género, viene en defensa de los guionistas que le han dado un giro no tan habitual. No se ha tratado de un desarrollo en el cual nos resuelven los problemas anteriores con un "y todo había sido un sueño". Tampoco nos pasamos el capítulo suponiendo que estábamos observando un desarrollo "real" para descubrir, recién sobre el final, que el protagonista estaba soñando. Al contrario, nosotros sabemos desde el principio que se trata de una fantasía onírica. Y lo suponemos aún antes que el propio Aaron lo descubra. Otra característica que dio frescura al episodio: el soñante era perfectamente consciente de su condición casi desde el inicio, y todo su drama tuvo que ver con lo que era capaz de hacer para lograr despertarse.


 Debo confesar que me partió el corazón y me tuvo al borde de las lágrimas, cosa que hacía mucho no me ocurría con esta serie. El sueño de Pittman era la realización de todas sus ambiciones, el justo salario que, me parece, se merecería un tipo íntegro, bondadoso y honesto como él lo es. Tenía su empresa, tenía sus amigos, su esposa, su equipo de colaboradores, el respeto y cariño de todos quienes lo rodeaban... sí, Aaron, qué no hubiera dado por creer que todo eso era verdad, que no estabas metido en un divague mental. Si tu dolor era el mío, corazón, cuando te dabas cuenta que nada de eso era cierto y luchabas (en contra de todos tus deseos, que te gritaban: "¡no hace falta que te despiertes!") para volver a esa realidad en la que, como tú mismo expresaste, no hacen más que golpearte y ningunearte. Cuántas veces me habrá pasado, de adolescente, eso de no querer despertar, porque el mundo "de aquel lado" era mucho más amable que el de "esta orilla"...

Y es que el beso recibido en un sueño puede sentirse tan dolorosamente real... ¿o no?

 Ese sueño hermoso en el cual nuestro gordito más querido recuperaba el mundo perdido (cervezas frías incluídas...) no era más que una manipulación de las nanomáquinas, desesperadas como están porque la inconsistencia en su programación las está matando. Aaron no quiso ayudarlas "despierto", entonces ellas intentarán sonsacarle la información de todas las maneras posibles. Como él se da cuenta de su juego y, aún en sueños, rehusa corregir el programa, ellas se valen de todos sus miedos para hacerlo reaccionar, y así lo vemos volver a enfrentarse a Psico Horn, quien en la cabeza de Pittman se ha transformado en una suerte de genio del mal.
Una de las cosas más interesantes es que pudimos darnos cuenta de cómo ve Aaron a sus compañeros, por la manera en que los va delineando en sus ensoñaciones:
  • Charlie es la chica dura, decidida, la voz de su verdadera conciencia, que no tiene pelos en la lengua a la hora de cantarle las verdades a quien sea...
  • Rachel es la mujer bondadosa, bella, suave... que oculta una faceta de inteligencia calculadora un tanto escalofriante. Así y todo, él la quiere bien y la considera su familia.
  • Miles es el "líder de los hombres", un cabecilla nato y diestro, hábil en la lucha... pero que se autoboicotea para creerse que no es más que un borracho sórdido.


  • Y Bass... bueno, Bass es el loquito peligroso pero simpático. El típico galancito de patio de la escuela, que podría haberle hecho la vida imposible pero que ha decidido tomarlo bajo su protección... y que se la pasa haciendo bromas medio tontas. 

Y Bass declarando que sólo había ido hasta allí para evitar que Miles siguiera acosando a su cuñada... ay, que me parto de la risa...!

En fin, sigue quedando la duda de qué es mejor. ¿Ayudar a las nano a recuperarse para, luego de eso, intentar utilizarlas en beneficio de la humanidad, ahora que son conscientes? No parece demasiado factible, dado que ellas han tomado, junto con su autoconsciencia, el control de sus propias decisiones. ¿Tienen estas máquinas un sustrato moral? Me queda la duda... Y, en caso de tenerlo, ¿de dónde lo han sacado? ¿Del código ético de sus creadores? De ser así, no deberían haber sido peligrosas, habida cuenta que ni Aaron, ni Priscilla, y ni siquiera Pete, son malas personas.
¿Qué pasará ahora con ellas? ¿Se desinteresarán de la humanidad y, como parecen haber dado a entender, se ocuparán de otras cuestiones? ¿Y cuáles podrán ser?
Me carcomen las dudas. Por otro lado, ¿qué pasa si realmente no se puede resolver el fallo del programa, y las nano se mueren? ¿Vuelve la electricidad? Pero... a ver, a ver... las nano absorben la corriente eléctrica, pero se supone que los generadores no reciben daño de ellas. Ahora, yo me pregunto... después de dieciséis años sin ningún tipo de mantenimiento, esos generadores... ¿siguen siendo funcionales? Y, si ya no lo fueran ¿no sería imposible que las cosas eléctricas volviesen a funcionar así como así, por más que ya no existan las esponjas nanotecnológicas?
¿Quién me manda a mí a hacerme tantas preguntas en una serie como ésta, a la cual lo que menos le interesa es el detalle científico? Si ya sabemos que el fuerte de Revolution está en otro lado, llámese acción, calidad de los personajes, intensidad de la trama (por ejemplo, en cuanto a la definición de familia, etc.). Pero bueno, I am a nerdy girl y es imposible que estas cosas no me retumben...

Y ahora sí, pequeña pero intensa, tenemos ZOOOOOONA FANGIRL!!!!!

Ay, mi negro, mi negro... el amor de tu vida no es la rubia, ES LA BIRRA!!!!!!

"Yo la quise, muchachos, y la quiero... y jamás yo la podré olvidar. Yo me emborracho por ella, y ella... ¿quién sabe qué hará?" Ya, el otro Morocho (el del Abasto...) te comprende...


No conté cuántas cervecitas se bajó Miles a lo largo del capítulo, pero fueron unas cuántas. Qué va, ese aspecto de derrotado decadente le queda tan liiindo... sí, ya, soy un desastre, lo peines o lo vistas como sea, el tipo me trae muerta.
Y qué divino Aaron, cuando le dice eso de "si me viene  a buscar, vos hacé lo tuyo... eso de las espadas..." Y después, en el momento de la acción cuando, merced a la imaginación del gordi, Miles se encuentra con que tiene un machete en mano, debo confesar que pensé que era todo un mensaje subliminal. Je... el machete del General y la barba de Lord Malandra se han convertido en menudos fetiches para esta servidora.

Ah, son innumerables los piropos subidos de tono comenzados en "Vení, papito..." que te dedicaría en mi versión "Guivi la Camionera", cada vez que empuñas esa cosa, varón...

Bueno, volviendo a la seriedad, ¿qué rescato del capítulo?

1) Su intensidad emotiva.
2) La capacidad de establecer un quiebre en una trama que estaba cayendo en la rutina.
3) La posibilidad de usar con cierta originalidad un recurso tan remanido como el del sueño...

Y veremos, veremos...